Llegó una buena noticia. La Feria Internacional de Arte Contemporáneo Iberoamericano (FIACI), que iba a cerrar el 12 de mayo en el Palacio de Bellas Artes – corazón del evento –, ha sido prolongada hasta el día 18.
Quienes aman el arte contemporáneo, tendrán una oportunidad en Santo Domingo, hasta el fin de mayo y más. Se deleitarán sucesivamente -antes o después-, con las piezas expuestas en Arte San Ramón y el Museo de Arte Moderno (MAM). Un nivel alto siempre.
Deberíamos mencionar también el papel de la “revelación”, sentimiento y percepción que se relacionan con el arte dominicano e igualmente con el arte internacional, por ser, en ambos, obras realizadas recientemente. Tal vez nunca habíamos disfrutado semejante riqueza cualitativa: aparte del dibujo, la pintura y categorías afines, cuánto placer sentimos ante la tercera dimensión y su fuerza: ¡tanta falta nos hace!
La selección demuestra conocimiento, rigor y una actualidad que respeta la estética, a veces descartada hoy como retraso y tradición… Luego, se atribuye notable importancia a oficio y dominio de los materiales: el arte contemporáneo puede incluir la belleza y una ejecución esmerada, ¡siempre ha sido criterio nuestro, y la FIACI lo demuestra en cada “sitial” de exposición.
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Arte dominicano
A este respecto, la concepción es también positiva: los artistas dominicanos dialogan con los artistas de Cuba, Colombia, Brasil, España, países más presentes. Del mismo modo que generaciones y categorías visuales alternan, se ha querido “construir” una comunidad de talentos, ¡y funciona!
Si la representación varía, si hay artistas exponiendo en dos lugares, unos despliegan una secuencia de trabajos, llegando a casi una individual, otros aparecen muy discretamente. Sin embargo, no se siente discriminación por el lucimiento de la pieza elegida. Citemos a Polibio Díaz, a Raquel Paiewonsky, a Patricia Castillo, sin olvidar a Fermín Ceballos –sorprenden sus perforaciones “sadomasoquistas” del papel.-
Las “hermanas García” proponen instalaciones tan inteligentes y sutiles como espectaculares, que suman medios y dimensiones. Autobiográficamente sugieren el viaje, en el tiempo y el espacio: Iliana siempre universaliza la silla, Scherezade no olvida la migración.
Inés Tolentino presenta dibujos excelentes de técnica mixta ingeniosa, donde la temática enseña un sello inconfundible, aunando preocupación social, condición femenina y mitología criolla. Soraya Abu Nabaa reconstruyó su instalación de pellizas, ahora más escenográfica y altiva, acompañada por flores de metal, extrañamente poéticas.
Fernando Varela es el expositor estelar, como si dos piezas en Bellas Artes “prologaran” su escogida muestra de escultura y pintura, sugerida en el Museo de Arte Moderno, como necesario punto de partida para subir a la segunda planta y disfrutar las propuestas internacionales.
Arte internacional
Tanto en Arte San Ramón como en Bellas Artes y en el Museo de Arte Moderno, la escultura causa fascinación, con artistas sobresalientes, proyectando energía y dominio, maestría de formas, volúmenes y materiales. Lógicamente, asocian movimiento y efectos ópticos, cuales sean los formatos.
¡Cuánta dicha volver a contemplar esculturas de Edgar Negret, insustituible maestro colombiano de la abstracción y de colocaciones monumentales, pero también seductor en el pequeño formato –así en San Ramón! El color ilumina sin quitar brío y vigor al metal. Décadas atrás, íbamos a Colombia, entre otros atractivos, para ver obras de Negret.
FIACI es revelación para todos. No conocíamos a Arturo Berned, escultor español impresionante, de brillante trayectoria. La escultura en acero corten, afuera del MAM, es una pieza formidable, poderosa, también equilibrada y casi simétrica…. parece brotar del suelo. Felizmente, adentro, se le dedica una sala, con formatos pequeños e increíblemente diversos, expresivos y legibles individualmente a pesar de su abstracción.
De Colombia y Cartagena, tan parecida a Santo Domingo, proviene Ruby Ramié, heroína de una secuencia impecable con decenas de imágenes, que multiplican -y lo podrían hacer infinitamente- un decorativo traje blanco… pero, más allá de esta seducción está el rostro, “espejo” de un contexto desigual, en raza y sociedad. Bienvenida sea la visita de quienes estudian fotografía, estampa y (re)conversión tecnológica.
A pesar de que el espacio se está agotando, hemos de mencionar a Olga Andrino, presente en Bellas Artes y en el MAM. Tan pintora como escultora, se impone por el dramatismo de su obra, y el misterio que encierra. El color rojo contribuye a estas incógnitas…
No podía faltar un Fernando Botero, aquí pequeñito, pero nos hizo recordar las gigantes esculturas en la Avenida de los Campos Elíseos en París…
A este texto, ahora parcial e incompleto –más adelante escribiremos acerca de la magnífica representación cubana- , nos queda agregar que todos los apasionados del arte, los que quieren conocer su actualidad, deberían visitar la FIACI y sus cinco lugares de exposición. Algo sin precedente.…