¡La fiebre del oro!

¡La fiebre del oro!

Píndaro…. ¡Eres millonario! Me dijeron que encontraste una mina, cerca de donde están instalando muchísimos y costosísimos aparatos tecnológicos en el centro de la República Dominicana.

Jajajajajajajaja….. Tú y tus vainas, Herminio. ¿Cómo caray tú crees que yo voy  competir con todos esos pulpos? … Por ahí me informaron que uno de ellos va a darle muchísimos cuartos a la alcaldía donde está ubicada la mina, como compensación real a sus operaciones… Noooooo, yo no puedo con toda esa jeringa que están haciendo por esos vericuetos…

Pero… ¿Cómo es la cosa entonces? … Me aseguraron que tú y tu claque estaban celebrando porque, incluso… ¡ya habían calculado cuánto oro tenían guardado en su mina! Y, parece que te la estás comiendo solo y no quieres compartir conmigo tu éxito personal y el de tu equipo…

Rebájale algo, Herminito…

No, no no y no, Píndaro! Mira, a mi me informaron que tú eres de los que tienes unas cuantas camioneticas de esas que andan en la Autopista Duarte con unas banderitas rojas con una equis amarilla, que salen todos los días desde la capital rumbo a la zona de Cotuí… y, casi siempre, van en grupo a alimentarse con lo mejor del Típico…

Uepaaaaa… eso último que dices es verdad…. ¡De que vamos siempre al Típico Bonao, es verdad! Si hacemos “una parada técnica” tiene que ser ahí… Ahora, de que tenemos una mina de oro… no ese tipo de mina de oro que tú piensas… Ese tipo de gente -de la otra mina de oro- hace uso de un fruto al que llaman “oro” que, por cierto, está cogiendo muchísima fuerza en su precio hoy día y bien podría ser la salvación de generaciones futuras… Pero… ¡no es nuestro caso!

Anjá… ¡contra!… Ahora me estás confundiendo más, Píndaro… porque, el otro día dijeron que en el mundo estas generaciones están luchando –de nuevo- por encontrar lugares en el mundo en los cuales hay ubicadas unas cositas a las que llaman “pepitas de oro”.. y, te mencionaron como uno de esos aventureros….

Jajajajajajaja, Herminio… ¡Cuánto disparate se inventan, sin siquiera verificar lo que de verdad tenemos todos que hacer y que ya estamos haciendo nosotros! Mira, mientras Europa está en un desmadre por su afán de proteger una vaina de esas a las que llaman “Euro”… y por estos lares estamos durmiendo en los laureles esperando que otros –con suficiente cerebro e inteligencia- saquen de unas minas de tierra algo que ciertamente llamamos “Oro”, seguimos perdiendo la óptica de que “la fiebre del oro” no está en la sábana… sino… ¡En nosotros!

Ha llegado el día de dejar de llorar por un 4% más para educar…. Ha llegado el momento de abandonar esas prácticas evasivas… e invasivas… Ha llegado el momento, de despertar en nosotros la verdadera “fiebre del oro” al atrevernos a vernos internamente… y, cuestionarnos si realmente estamos haciendo cada cosa dentro de lo correcto…. Si estamos valorando nuestras ideas y poniéndolas en práctica “sin miedo al que dirán”… y, ¡al bembeteo de los demás!

La real fiebre del oro tiene que llegar a todos nosotros… darnos sobresaltos… ¡no dejarnos dormir por unos días!… Nunca podremos sacar algo de ninguno de nosotros, y mucho menos de nuestros hijos, si no somos capaces de hacer lo que nunca hemos hecho… Ese oro… el que está en nuestro interior… es la única paz de que disponemos.. ¡en nosotros… y, con los demás!

Te doy una onza de mi oro… si eres capaz de vivir tu vida haciendo crecer tu mina interna… Si eres capaz de desatar esa fiebre de oro que pueda, además, contagiar a los demás… Te aseguro que, al cabo de un corto tiempo, serás tan millonario como has anhelado.

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