Santiago de los Caballeros tiene sus cosas… Y… ¡su gente!… Cada miércoles, un grupo de amigos de Píndaro se dan una cita “brava” en la cual se revisan cosas ‘tan serias’ como, por ejemplo, cuántas empanadas se comió uno de ellos el sábado anterior, cuántas libras de puerco asado fueron el centro de la picadera del ‘open bomba’ de Chorchi… Eduardo De Lara, Onofre De Lora, George Schwarzbartl, Henry Kraus, Pedro Pablo Cruz, Vinicio Olivier, Luis Perozo, Elías Sued, Darío Nicodemo, Ramón Ramos, Toni Lora y Willy Bojos respiran el aire puro de la noche, rodeados de los cuentos más actuales con el pretexto de ‘botar el golpe’ al final del intermedio de la semana…
Hace unas semanas, todos se pusieron de acuerdo en cambiar de ambiente y montarse en ‘una voladora’ a las siete y media de la noche, para arrancar con to’el pie a la finquita de Eduardito y allí hacer ‘un cocinao’… Cuando arrancaron, la cara del chofer parecía al cristiano de la secreta… No hubo una sola palabra de él hacia ‘la pandilla’, aunque cada uno estaba solo pensando en cómo iban a romper la dieta tan pronto llegaran a la casita…
No habían transcurrido veinte minutos cuando, de repente, una goma delantera explotó y los obligó a quedarse varados en plena carretera… Sin goma de repuesto… Al apearse todos, Willy es el primero que mira a su alrededor y nota que están en plena oscuridad atrapados en el tiempo… Chorchi es quien da la voz de alarma: “¡Ahí hay luz!” –grita, al tiempo de señalar hacia una casita con ‘una jumeadora’…¡pero con una radio portátil a todo lo que da!…
Onofre y Eduardito toman la iniciativa y saltan la cuneta frente a ellos, para caminar a la luz de la luna hacia el recién descubierto lugar… Ninguno de ellos imagina lo que van a encontrar… A medidas que se acercan los de avanzada, los demás no se quieren quedar solos y aceleran sus pasos para llegar casi juntos a la puerta desde donde sale un tenue rayo de luz…
“¡Diantre! –exclama Pedro Pablo- ¿Y esos que bailan allá no son Buzuco y Gela?…”.
La vida los ha llevado a re-encontrarse con el grupo de personajes más recordados entre los santiagueros que tuvieron la suerte de vivir esa época… “¡Ofrézcome! –grita Toni, mientras sus ojos se abren de par en par-… Miraaaaaaa… ¿Y qué busca aquí ‘Abejón de Coco’?… Parece que está tratando de bailar con ‘la Tipita’, pero ella está ‘jalando pa’su banda’ agarrando la mano izquierda de ‘Maca’, el limpiabotas del Parque Colón”…
A medidas que el ambiente sigue ‘en sus buenas’, Vinicio y Luis han logrado asomar sus cabezas y, para sorpresa de ambos, cara a cara les saluda ‘Puna La Loca’, quien con sus greñas más descontroladas que nunca les clava su vista para dejarlos fríoooo… Uno de ellos llega a romper el hielo y alza su cabeza hasta llegar a divisar en medio del salón a ‘Cucharimba’, quien con su sombrero de bombín y su saco de levita trata de engañarse a sí mismo con trucos ya pasados de tiempo… “¡Heyy, ustedes! –resuena una ronca voz de ultratumba-… ¿Por qué no vienen hasta aquí para limpiarles sus zapatos?… El precio es de solo ‘una tercia de romo’ y el brillo les durará toda la vida”… Los espantados visitantes están enfrentando la imagen más viva de un ‘Francis For”, lo más querido de las tardes en el Parque Duarte….
Los últimos en atreverse a asomar sus narices a la casita, son Ramón y Henry… Han tenido el arrojo de hacer una caminata alrededor de la misma para, situados en la parte atrás, tratar de comprobar por sí mismos de dónde provienen todos estos personajes que una vez hicieron historia en la ciudad… ¡Diantreeeee! –exclama el primero-… ¡No lo puedo creer!… ¡Ha revivido ‘Lamparita’!”… Sus ojos le brotan ante semejante hallazgo en el tiempo, mientras su compañero empieza a reírse de los cuentos que ha empezado a contar ‘El Dr. Pailita’ a sus compañeros de fiesta… “Jajajajajaja” –resuenan unas profundas carcajadas, mientras una voz hace un llamado de invitación: “Y, ahora, vamos a escuchar cantar a nuestros amigos ‘Pedro Sánchez’, ‘Gueba’, ‘Pumpo’, ‘Finí’, ‘Terremoto’, ‘Pajarito’, ‘Ito el Mono’, ‘Pavolo’ y ‘Memé’…”.
Las voces empiezan fuertemente desentonando y esto llama la atención de los accidentados visitantes… Desde una esquina del patio de la casita, unas voces rompen el coro al llamar a que todos vuelvan a la guagua… Son ‘El Pineo del Palé’, ‘Niño’, ‘El Veterano’, ‘Nine La Pólvora’ y ‘Zócalo Kid’ quienes se han puesto de acuerdo para espantarlos y provocar que corran de regreso… Elías ya hace rato que ‘espantó la mula’ y, liderando a los demás, les hace olvidar de la patica de cerdo que iban a cenar, al momento de exclamar: “¡Ojalá tuviéramos frente a nosotros una ‘Va a querer’, con sus bizcochitos y empanaditas dulzonas!”…
Una vez han regresado a la calle es cuando caen en cuenta que aquél a quien tienen de chofer no es más que ‘Pedro’, el que hacía guantes de lona, tiradores y chichiguas… Resignados y ya sentados en la guagua, es Willy quien rompe el asombro de todos al exclamar: “Déjense de fuñenda, que si no hubiésemos cambiado de ambiente jamás la vida nos hubiera traído de nuevo a estos queridos personajes… Es más, lo mejor ha sido La Fiesta de la Moriqueta a la que nos atrevimos a ir, sin ser invitados!… Por eso es que nos llaman ¡los chicos bravos!’…”.