CANNES, Francia. Ante un enorme cartel de Marcello Mastroianni mirando por encima de sus gafas de sol, estrellas, realizadores y fans se dan cita este miércoles en Cannes para la inauguración de la gran fiesta del séptimo arte a orillas del Mediterráneo.

En la jornada de apertura toda la atención está concentrada en la llegada a la alfombra roja de Nicole Kidman, protagonista de la película «Grace de Mónaco» sobre la estrella de Hollywood convertida en princesa. El filme disgustó a la familia Grimaldi por sus licencias con la realidad histórica de Mónaco y tampoco despertó demasiado entusiasmo en el pase previo a la prensa.

Pero la película de Olivier Dahan, que se disfruta como las páginas de una revista del corazón, aportó de todas formas el glamour en alta dosis que siempre buscan inyectar los organizadores a la velada de apertura.

«Quiero evitar ser un maestro de ceremonias aplastado por la emoción» dijo horas antes de la inauguración el actor francés encargado de presentarla, Lambert Wilson, que a sus 55 años es un habituado de Cannes. ¿Su mejor recuerdo?

«El momento de glamour vertiginoso» cuando subió la famosa escalinata del brazo de Mónica Bellucci en 2003. Ryan Gosling, Ricardo Darín, Ken Loach, David Cronenberg y Sophia Loren, entre muchos otros, subirán esos 24 escalones de la fama cubiertos por 60 metros de alfombra roja, sobre la cual este año se ha instalado una foto gigante de Mastroianni, proveniente de un fotograma de la película «Ocho y medio» (1963) de Fellini.