La Fiscalía de Puerto Príncipe, la capital haitiana, emitió este lunes una orden de detención contra la ex jueza Wendelle Coq Thélot, tras ser acusada de asesinato y robo a mano armada en relación al asesinato del presidente, Jovenel Moïse, quien anteriormente le había destituido del Tribunal de Casación.
La orden de detención solicita a la Policía Judicial “que tome las medidas necesarias para buscar, conducir y llevar ante la Fiscalía a Wendelle Coq Thélot por actos de asesinato y robo a mano armada en perjuicio del presidente de la República”, según informó el portal de noticias haitiano Rezonodwes.
Thélot ejercía como magistrada de Tribunal de Casación hasta el pasado mes de febrero, cuando el asesinado presidente haitiano lanzó una orden presidencial decretando su expulsión inmediata por presuntamente haber participado en un trama anterior para asesinarle.
Además de Thélot, los también jueces Yvickel D. Dabrésil y Joseph Mécene Jean Louis fueron expulsados por mandato presidencial, una decisión que desde el punto de vista de Naciones Unidas generó muchas dudas acerca de la independencia judicial y la separación de poderes en Haití.
Una veintena de partidos políticos propuso a Thélot como presidenta provisional una semana después del asesinato de Moise el pasado 7 de julio en su residencia privada, durante un ataque “muy bien organizado”, según las autoridades, en el que la víctima recibió hasta doce disparos.
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Por el momento, la Policía detuvo a cerca de una treintena de personas, entre ellas 18 de nacionalidad colombiana y cinco estadounidenses de origen haitiano, quienes se habrían hecho pasar por agentes de la DEA durante el asalto. Las autoridades ordenaron también la búsqueda del encargado de seguridad de Moise, Jean Laguel Civil por su presunta participación.
El pasado 23 de julio, el funeral de Jovenel Moïse se realizó en medio de aparentes disparos y fuertes disturbios en los alrededores que movilizaron a la policía, lo que llevó a la delegación de Estados Unidos y a otros dignatarios extranjeros a volver a sus vehículos por seguridad.
Testigosdetectaron gases lacrimógenos y escucharon detonaciones que parecían disparos fuera del complejo donde se llevó a cabo el funeral.
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Los disturbios estallaron minutos después de que una banda de música y un coro de iglesia iniciara la ceremonia para despedir a Moïse, dos semanas después de que fuera asesinado en su casa por mercenarios extranjeros, en un crimen que aún no ha sido aclarado.
La ceremonia siguió adelante, con discursos de los familiares, pero fue interrumpida por gritos de seguidores indignados que acusaban a las autoridades de ser responsables de la muerte de Moïse. Los gritos algunas veces fueron apagados por melodías de iglesia.
El humo entró en el recinto. Decenas de policías y agentes de seguridad formaron cordones de protección alrededor de las autoridades haitianas en las gradas.
La embajadora del presidente estadounidense Joe Biden ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, estuvo presente, encabezando la delegación de su país en Cabo Haitiano. El grupo oyó los disparos y se puso a salvo, preparándose para retornar a Washington un poco antes de lo esperado.
Dice “presidente fue traicionado”
“El pueblo haitiano merece democracia, estabilidad, seguridad y prosperidad, y los apoyamos en este momento de crisis”, dijo Thomas-Greenfield en Twitter. “Instamos a todos a que se expresen pacíficamente y se abstengan de la violencia”.
Los funcionarios haitianos que llegaron al funeral se encontraron con la ira de los manifestantes y un hombre llamó al jefe de policía, Leon Charles, “un criminal”.
“¿Por qué tiene toda esta seguridad?, ¿Dónde estaba la policía el día del asesinato del presidente?”, cuestionó uno de los manifestantes.