La Fiscalía de Almería pide la pena de prisión permanente revisable para Ana Julia Quezada por el asesinato con alevosía del niño Gabriel Cruz, así como diez años más de cárcel por sendos delitos de lesiones psíquicas a los padres del menor, Ángel Cruz y Patricia Ramírez.
Según ha informado este jueves la Fiscalía Superior de Andalucía, solicita también el pago de los 200.203 euros de los gastos generados en la búsqueda del menor.
Además, en concepto de reparación del daño moral reclama 600.000 euros para los padres, 160.000 para la abuela materna y otros 170.000 por los gastos médicos en conceptos de lesiones psíquicas y secuelas.
El escrito de acusación provisional ya ha sido remitido al Juzgado de Instrucción número 5 de Almería, de forma previa a la apertura del juicio oral en la Audiencia Provincial ante un tribunal con jurado.
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La Fiscalía también solicita que Quezada, compañera sentimental del padre de Gabriel cuando el niño, de ocho años, fue asesinado, en febrero del año pasado, no pueda comunicarse o aproximarse a menos de un kilómetro de los padres durante 30 años.
El escrito de calificación fiscal señala que el asesinato se produjo el mismo día de la desaparición del niño, el 27 de febrero, por «asfixia mecánica por sofocación al obstruir los orificios respiratorios de boca y nariz utilizando una fuerza desproporcionada con respecto a la del menor hasta vencer la resistencia de la víctima».
«Con la finalidad de encubrir su actuación criminal la acusada ocultó el cuerpo en una pequeña fosa que cavó en la zona exterior de la finca y lo cubrió de tierra y piedras» y trasladó, posteriormente, las prendas del niño hasta un contenedor de vidrio de la barriada de Retamar», relata la Fiscalía.
Según consta en el auto de ingreso en prisión dictado por el juez instructor Rafael Soriano, Quezada aprovechó un momento en el que sabía que se iba a encontrar a solas con el niño y que la abuela paterna no lo iba a controlar para llevarlo hasta la finca de su padre en Rodalquilar, en Níjar, mediante engaños o la promesa de devolverlo pronto a jugar con sus primos, y allí lo mató.
La búsqueda de Gabriel duró 11 días y en ella participaron un elevado número de voluntarios y profesionales, hasta que el domingo 11 de marzo, Quezada desenterró el cuerpo del niño y lo introdujo en el maletero de su coche, después de lo cual fue detenida.
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La Fiscalía censura la actitud de la procesada durante los días que duró la búsqueda del niño, de «aflicción, compungida y apesadumbrada involucrándose en las batidas de búsqueda en una clara actitud de simulación, fingimiento y farsa, pública y notoria con absoluta frialdad de ánimo».
Asegura que la intención de Quezada fue disipar cualquier duda o sospecha sobre su implicación en la desaparición del menor y recuerda que llegó a propiciar el hallazgo de una camiseta del pequeño en un lugar que había frecuentado con una pareja anterior para «despistar» a la Guardia Civil e incluso incriminar a este hombre.