La física, sus inicios, Aristóteles, Galileo y Newton

La física, sus inicios, Aristóteles, Galileo y Newton

I.-

El desarrollo de la Física bien podría considerarse como el del intelecto humano. Desde la fundación de Uruk en la Mesopotamia Iraquí hasta la ciudad de Mileto en las orillas del golfo de Latmus que daba acceso al mar Egeo, ahora perteneciente a Turquía, transcurrieron muchos siglos. Los griegos conquistaron Mileto unos 1,000 años AC y para el 600 AC la habían convertido en una gran ciudad, localizada en el cruce para el intercambio de mercancías.

En esta rica ciudad que proporcionaba tiempo de ocio y meditación a sus habitantes, surgió un grupo de pensadores que comenzaron a cuestionar las explicaciones religiosas y mitológicas de la naturaleza que venían siendo pasadas de generación en generación. Aristóteles señala que entre ésos, nació Tales en 624 AC. Tales, a diferencia de la generalidad de los filósofos que apenas subsistían vendiendo aceitunas, fue un astuto y rico comerciante que hizo fortuna monopolizando el mercado de las prensas de aceitunas y, desde luego, pidiendo precios exorbitantes por su aceite. Se metió en política y se hizo íntimo amigo del dictador Trasibulus. Su fortuna le permitió viajar extensamente, cuando volvió a Grecia trajo las matemáticas egipcias; la geometría en sus manos, servía para medir pero además era un cuerpo de teoremas conectados por deducción lógica que luego fueron adoptados por el gran Euclides.

La naturaleza vista por Tales no era el cuento mitológico sino que operaba siguiendo principios de ciencia que podían ser usados para explicar los fenómenos que hasta ese momento se le atribuían a los dioses. Tales prácticamente inventó la idea de hacer preguntas científicas. Se interesó en los terremotos, en la forma y el tamaño de la Tierra, las fechas de los solsticios, la relación de la Tierra con el Sol y la Luna, la misma pregunta que dos mil años después llevó a Newton a su descubrimiento de las leyes del movimiento. Tales de Mileto era para Aristóteles uno de los primeros “physikoi”, físicos, proviene de la palabra griega “Phycis” que significa naturaleza.

Aristóteles, sin embargo, tenía poca admiración por otro grupo de pensadores radicales que usaban las matemáticas para modelar la naturaleza, aunque las matemáticas de hoy no habían sido inventadas todavía. Sabemos que entender la naturaleza sin usar las matemáticas es inconcebible puesto que ellas son el vocabulario de la ciencia, es la forma de comunicar una teoría. Al comienzo de los 600 AC, nadie sabía esto. Fue Pitágoras (570 a 490 AC), el fundador las Matemáticas Griegas, también creador del término “Filosofía” y, obviamente de su teorema. Su nombre llevaba consigo una áurea especial como Einstein en nuestros días.

Pitágoras vivía en la isla de Samos, atravesando la bahía de Mileto. Cuando Pitágoras tenía entre 18 y 20 años, visitó a Tales que estaba muy viejo y consciente de su disminuida capacidad, y le pidió excusas a Pitágoras. No se sabe qué lecciones le dio Tales a Pitágoras en esas visitas pero sabemos que salió suficientemente impresionado como para, muchos años después, ser visto sentado en su casa cantando alabanzas a Tales.

Pitágoras también viajó extensamente; se cuenta que un día pasando frente a una herrería oyó el sonido que hacía el herrero, al martillar el hierro. Notó un patrón de notas producidas por distintos martillos, entró corriendo y se puso a experimentar; resultaba que la diferencia en los tonos no dependía de la fuerza usada por él o el herrero, ni la forma del martillo, sino en el tamaño del martillo, es decir, su peso. De vuelta a casa continuó experimentando, no con martillos, sino con cuerdas tensas de diferentes longitudes, concluyó que el tono es inversamente proporcional a la longitud de la cuerda “punteada”, es el problema de la cuerda vibrante, resuelto miles de años después, con las altas matemáticas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas