Si bien es cierto que las flores necesitan del agua para mantenerse vivas y resplandecientes, también existen otras especies que logran vencer el frío o la aridez, esa flor es la madre. Todos sabemos que ella tiene una fuerza que no siempre sabemos si nosotros somos capaces de tenerla o lograr convertirnos en luchadores tan perseverantes como lo es ella, la madre.
Durante muchos años la mujer ha pasado por incontables vicisitudes que ha tenido que ir venciendo a través de la historia y el papel de madre ha sido crucial para que hoy podamos tener generaciones exitosas posterior a tales acontecimientos. Podemos citar muchos nombres de grandes mujeres que han dejado sus huellas en el mundo y que nuestras mentes no podrán borrarlas por su gran impresión en el interior de la humanidad. La madre Teresa de Calcuta es un símbolo de madre universal, no solamente se refiere a concebir cuando hablamos de madre sino a aquellas mujeres que dan todo de sí para que otros sean felices o por lo menos escalen un nivel de vida mejor al que experimentan en su actualidad. Existe otro tipo de madre que no podemos obviar y es impresionante cómo tomar una decisión que puede conllevar muchos riesgos y es aquella que adopta a un niño , que lo recibe como suyo y lo cuida como suyo, he ahí la grandeza de una mujer.
Todos tenemos grandes recuerdos de nuestra madre o de la persona que nos acompañó en el caminar de nuestro crecimiento, nuestra niñez bajo su protección, su cuidado cuando nos enfermábamos, su precaución para evitar accidentes y su forma de cocinar que solo de pensarlo saboreamos su sazón inigualable, es increíble cómo ella nos impregna valores, costumbres y hasta actitudes de frente a la vida que llevamos.
No puedo dejar de dar gracias a Dios por la vida de mi madre Mayda Balmaseda; ella ha sido siempre celosa del bienestar de sus tesoros, gracias a Dios por la vida de ella y por toda su entrega desde mi uso de razón hasta el día de hoy, para ella y todas ustedes las grandiosas guerreras de la historia: “Bendiciones en abundancia Madre” tú siempre has sido, eres y serás la flor que no se marchita.