La fortuna de los funcionarios

La fortuna de los funcionarios

FARID KURY
Que sepa yo, la dominicana es una sociedad capitalista, y en el capitalismo no es un delito ser millonario. Al contrario, es un motivo de admiración. Alcanzar la riqueza es una muestra de éxito y un ejemplo a seguir.

En el capitalismo a nadie se le pone trabas morales para la riqueza. De hecho, la sociedad capitalista descansa sobre la propiedad privada.

En las sociedades capitalistas desarrolladas hay incluso revistas especializadas que informan de las fortunas más grandes y nadie se molesta. Al revés, se sienten orgullosos por eso y la sociedad en su conjunto los admira.

Y así debe ser. La riqueza, cuando es bien habida, es un motivo de admiración, porque en el fondo de nuestras almas todos quisiéramos transitar el camino del bienestar y las riquezas materiales.

Pocos son los afortunados que superan las barreras y alcanzan la riqueza.

La inmensa mayoría se queda sumida en el terrible fango de la miseria.

De conformidad con la amplia literatura del éxito, cada quien labra su destino, nadie es culpable del éxito o del fracaso de otros.

Ser millonario no es una casualidad. Tiene sus leyes. Requiere de muchas cualidades, condiciones. Requiere visión, entrega absoluta, disciplina personal y monetaria, organización, metas y rigor en su cumplimiento, etc.

No todos se sienten con ganas de someterse a esas leyes. Los que así actúan, en buena medida, se hacen ricos y motivo de admiración de la mayoría.

Toda esa perorata viene a razón de la publicación de las declaraciones juradas de bienes de los funcionarios, donde pudimos apreciar el grado de riqueza de ellos.

Al ver el circo que se montaba con comentarios peyorativos uno se pregunta: ¿Cuál es el problema? ¿Es que no tienen derecho a progresar, ser millonarios, e incluso multimillonarios? ¿No vivimos en una sociedad capitalista donde la acumulación de riquezas no sólo está permitida, sino además, una evidencia contundente de éxito personal digno de admiración?

Personalmente no veo problema alguno con eso. El que es millonario con su trabajo, esfuerzo e inteligencia, allá él con su riqueza. A quien Dios se lo dio San Pedro se lo bendiga.

El hecho de que esos funcionarios hayan declarado, como manda la ley, sus fortunas, demuestra que estamos progresando en esa materia. Y lo que está bien no debemos verlo como malo.

Lo que debe importar a la sociedad no es si esos funcionarios son ricos o que hayan llegado al gobierno siendo ya ricos. Lo que debe importar, a mi juicio, es el origen de la riqueza, su procedencia.

Pero aquí se ha querido sacrificar o fusilar a los funcionarios por el solo hecho de haber llegado al gobierno con riqueza, algo que no han negado ni tienen porque hacerlo.

En este mundo global y digital, caracterizado por la sobre-información, hay que actuar con transparencia y claridad, y eso es lo que han hecho.

Otra cosa, nada malo tiene que millonarios ocupen cargos gubernamentales. En las sociedades democráticas como Estados Unidos, la mayoría de los funcionarios son ricos, multimillonarios. La mayoría procede incluso de las poderosas empresas capitalistas.

Mientras tanto, aquí debemos acostumbrarnos a ver cada vez más millonarios dedicados a la política y ocupando cargos de primer orden en el gobierno.

En lo que todos debemos ser vigilantes, inflexibles, es en que en el ejercicio de sus funciones se apeguen siempre a la ética y a la moral. Lo otro es puro circo.

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