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Una visión panorámica de lo que está pasando en el Gran Caribe, gestada por Estados Unidos y hoy día “frontera Infernal”, para ponerla al servicio de sus intereses, y afirmada por sus propias tradiciones autoritarias y corruptas; nos permite apreciar mejor la situación dominicana, a partir del año 2020.
Efectivamente, el país está en manos de uno oligocracia civil y militarizada corrompida, que se acerca cada vez más al colapso, sin que casi nadie en el gobierno parezca preocuparle otra cosa que no sea guardar un poco las apariencias con mentiras difíciles de creer y un estado despótico con todas sus instituciones prostituidas; mientras gran parte de sus dirigentes se enriquecen obscenamente y tratan de comprar a las clases populares con limosnas repartidas para “los comesolos” menores.
La descomposición social del país, en su mayoría sin educación mínima, salud, vivienda y seguridad personal, solo permite el bienestar de algunos empresarios y extranjeros con muchos recursos, así como a una menguante clase media de origen tanto urbano como rural y la alta oficialidad militar-policial.
Sin embargo, gracias a algunas iniciativas altisonantes; así como por la situación que existe a su alrededor en el Caribe; la República Dominicana disfruta de una relativa paz sin horizontes, que atrae a turistas e inversiones de todo el mundo, y la desigualdad interna, pues fluyen capitales norteamericanos, europeos, chinos, coreanos y del resto del Caribe. Mientras tanto, la oposición política y el Movimiento Verde le están dejando poco espacio al PLD” para seguir operando.
La historia dominicana nos enseña que cuando hay una situación desesperanzadora en los órdenes social y político, se producen eventos económicos que desencadenan rápidos cambios en favor de la ciudadanía.
Así, en 1821 la miseria del país bajo una España decadente, en apenas meses el país pudo crear un estado independiente, aunque este fue abatido poco después por la dominación haitiana. En 1843, la decadencia del estado haitiano y su endeudamiento con Francia para pagar el reconocimiento de su independencia, produjo el surgimiento de la República Dominicana en 1844. En 1863 el retorno al coloniaje español por el santanismo produjo un levantamiento que en 1865 alcanzó el triunfo de la gesta restauradora. Tras la quiebra financiera y una expedición fallida en 1898, produjeron un año después el tiranicidio de Ulises Heureaux y el retorno al liberalismo.
Del mismo modo, la crisis azucarera de los años veinte y los atropellos a la dignidad nacional de las fuerzas interventoras norteamericanas, no resistió la crisis financiera y la caída de los precios del azúcar y el cacao; que obligaron entre el 1920 y 1922 a organizar su retirada y a la libre elección de sus gobernantes. El régimen represivo de Joaquín Balaguer sostenido por los Estados Unidos desde 1966 no pudo resistir el acoso de la pequeña burguesía y clases populares encabezadas por el PRD que presionaron un cambio político entre 1976 y 1978.
Igualmente ahora, entre el 2018 y el 2020, el deterioro económico y social de pequeños empresarios, sectores populares y clases medias desposeídas; y las nuevas generaciones que se ven obligadas a emigrar, deben dar lugar a cambios profundos favorables, por lo que me siento optimista para un futuro cercano…