La frontera nunca será igual

La frontera nunca será igual

Arturo Martínez Moya

Incluido Leonel Fernández a la oposición política no interesa una posición nacional unificada sobre lo que le conviene al país en este momento como reclama el presidente Abinader, quien está demostrando es un estadista que cuida con celo la frontera, como lo hacía Balaguer, sabía que tarde o temprano los haitianos intentarían construir un canal para desviar el Masacre hacia su territorio. Con la aprobación del gobierno de Haití. cumpliendo con el Convenio de 1929, construyo el canal de la Vigía en 1966 y con bombas obtener 1.5 metros cúbicos preservando el caudal del rio, porque a varios kilómetros, en las tomas Veterano y Don Pedro que están al lado dominicano, el agua regresa al Masacre.

Sin problemas se mantuvo irrigando miles de tareas de tierra y generando beneficios al país, de manera particular a productores agropecuarios y ganaderos de la región, hasta que, sin consultar a la oposición política ni al pueblo, en 2007 el gobierno de Leonel Fernández lo cerró, y en esas condiciones lo entregó a Danilo Medina en 2012, quien nada hizo para abrirlo durante sus dos mandatos, y después de 18 años cerrado, el presidente Luis Abinader toma la decisión de rehabilitarlo y ponerlo en funcionamiento nuevamente.

Así que buscando en el pasado encontramos el motivo de Leonel para no querer una posición unificada sobre el tema Haití, no tiene respuesta que convenza a la pregunta de porque cerró el canal de la Vigía en 2007, pero como el pueblo dominicano exige transparencia a sus dirigentes políticos, tiene la obligación de dar su razones o decir con honestidad que se equivocó y pedir perdón, el canal es vital para la economía del país y productores con más de 10 mil tareas de tierra y 3 mil de pasto para ganadería en la provincia de Dajabón.

El presidente Abinader ha sido claro, coherente y contundente, Haiti debe parar la construcción del canal y luego hablamos, mientras el primer ministro Ariel Henry primero decía la mentira que no estaba de acuerdo con la construcción y operación del canal, atribuyendo la responsabilidad a empresarios y bandas de delincuentes incontrolables, para finalmente mostrar su cara irresponsable diciendo que apoya su construcción.

Si Francia quiere ayudar a Haití, puede hacerlo, nada ni nadie lo impide, hace tiempo debió hacerlo, tiene obligación histórica, no con discursos, sino con presupuesto anual en euros para construir carreteras, puentes, hospitales, escuelas, universidades y organizar las instituciones públicas. Menos tratando de mediar en el tema del Masacre, no es neutral, su voto siempre estará al lado de Haití tratando de compensar por la enorme deuda histórica, incluyendo los $150 millones de francos según la Ordenanza de Charles X en 1825 para reconocer la independencia que haitianos lograron venciendo las tropas de Napoleón Bonaparte en 1803.

Como dijo el presidente Abinader, la frontera nunca será igual, yo agrego, se debe mantener cerrada hasta que paren la construcción del canal, la medida tiene costo para las microempresas, empresas medianas y grandes fuera y dentro de las zonas francas en la frontera, hay que pagarlo para preservar la soberanía nacional, y cuando la frontera se abra, tenemos que controlar el flujo de haitianos, comenzando con el que se produce a través del mercado binacional, y dejar pasar a territorio dominicano el volumen de inmigrantes que convenga a los intereses de la economía y al mercado de trabajo.