La frontera y la muerte del raso Oriano Montero

La frontera y la muerte del raso Oriano Montero

MARIEN ARISTY CAPITÁN

El sábado pasado la conmoción se apoderó del país cuando se supo la noticia de que el raso Oriano Montero Encarnación murió en el “Callejón de la Droga”, en la sección Pinzón de Elías Piña, a manos de un haitiano cuando patrullaba el lugar en compañía de Carlos Manuel Encarnación Lorenzo.
El callejón es un lugar de difícil acceso que suele ser usado por haitianos para venderle marihuana a los dominicanos que van hasta allí a comprarla. ¿Sería esa la razón que llevó al homicida de Montero Encarnación a dispararle en lugar de detenerse cuando la patrulla le ordenó?
El hecho, al margen del porqué, es muy grave y nos obliga a recordar lo que sucedió con el doctor Pedro Ureña en noviembre pasado. ¿Se le está yendo de las manos la seguridad a las fuerzas del Estado? Todo parece indicar, lamentablemente, que sí.
¿Cómo es posible que ni siquiera los guardias dominicanos estén a salvo en la frontera? ¿Qué más debe suceder antes de reconocer que los cacareados esfuerzos que hacen para reforzar la frontera no están siendo efectivos? Alguien debería responder ante esto.
Otro caso muy serio es lo que sucedió la tarde del martes pasado con el coronel Daniel Ramos Alvarez, quien cayó abatido en un presunto enfrentamiento de disparos en un punto de drogas en el barrio Santa Cruz, de Baní.
Ramos Alvarez, al decir de todos los que han sido cuestionados, era un oficial recto y no era la primera vez que participaba en un operativo contra las drogas. ¿Por qué entonces, no llevaba chaleco? ¿Falló algo en el operativo? Su familia merece saber qué sucedió.

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