La frugalidad de los que ganan altos salarios

La frugalidad de los que ganan altos salarios

Los casi ricos gastan mucho menos de lo necesario, tendencia que está incidiendo en el crecimiento de los Estados Unidos.

Seis años después de la peor recesión desde la década de 1930, los estadounidenses que ganan de US$100.000 a US$249.999 anuales todavía están “tomando decisiones muy cuidadosas” a la hora de realizar compras discrecionales, dijo Pam Danziger, presidenta de Unity Marketing Inc., firma de investigación del sector del lujo con sede en Stevens, Pensilvania.

“Es una actitud inteligente para ellos pero por cierto no buena para la economía”, dijo.

Estos consumidores –Danziger los llama HENRYs por las siglas en inglés de personas de altos ingresos pero no ricas aún- se “sienten limitados” porque su poder adquisitivo se ve restringido por aumentos de salarios débiles, explicó. En el cuarto trimestre, gastaron un 10 por ciento menos en bienes y servicios de lujo que en el mismo período de 2013, de acuerdo con las cifras de Unity Marketing.

Como no es de extrañar, los minoristas que apuntan a estos compradores se han visto perjudicados. Ralph Lauren Corp. y Coach Inc. quedaron por debajo de los cálculos de crecimiento de ventas de los analistas en tres de los últimos cinco trimestres.

Los estadounidenses que ganan US$250.000 anuales o más también están reduciendo su consumo. Su gasto en artículos de lujo cayó 17 por ciento interanual en el cuarto trimestre, aunque estos consumidores representan el 2 por ciento de los hogares, frente al 18 por ciento de los HENRYs, dijo Danziger.

Ventas minoristas. “La cautela de los consumidores de altos ingresos es clave en este entorno minorista deslucido” porque el 20 por ciento superior de los hogares representa más de la mitad del gasto total, señaló Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics Inc. en Nueva York. Las ventas minoristas han tenido pocos movimientos en lo que va del año, luego de aumentos mensuales promedio de 0,6 por ciento en los primeros cuatro meses de 2014, muestran las cifras del Departamento de Comercio.

Los consumidores son más conservadores en el gasto y la toma de préstamos luego de la recesión y “todavía no se han largado a comprar” ni siquiera ante el fuerte aumento de las contrataciones y de los precios de las acciones y las viviendas, agregó. “Esto en parte refleja la larga sombra de la recesión”.

Muchos trabajadores se sienten inseguros respecto a su estabilidad laboral, lo que actúa como un “freno para el gasto”, dijo John Manley, estratega jefe de acciones de Wells Fargo Funds Management en Nueva York. Esto tiene implicancias más amplias para la economía, al impedir que la Reserva Federal eleve las tasas de interés, explicó.

Con la mejora de la confianza debería aumentar el gasto, aunque ambos pueden “verse fácilmente afectados” por las señales de debilidad económica, señaló Manley. “Los ricos a menudo piensan que son pobres”.

Muchos HENRYs tienen mentalidad de clase media, en particular si viven en zonas urbanas, dijo Ron Kurtz, presidente del American Affluence Research Center, empresa de Atlanta que se especializa en el 10 por ciento más rico de los consumidores estadounidenses.

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