La fuente de los problemas

La fuente de los problemas

La presentación de la candidata a la Vicepresidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano resultó un acto de magia; el candidato presidencial extrajo un conejo de la chistera, lo lanzó al aire y lo convirtió en un hermoso manojo de rosas.

La candidata ha sido reina de belleza, mantiene una figura envidiable y ha sido una consistente favorecedora de las causas más reaccionarias.

Los países de occidente con mayor población, recursos,  riquezas, dan sorpresas como esa: una candidata fuera de serie, desconocida para el gran público, como si los electores fueran llevados por un narigón.

Parece que actúan como en algunos países latinoamericanos donde se elige candidato vicepresidencial a una persona que no le haga sombra al Presidente, alguien en quien se pueda confiar.

Pero resulta que la joven candidata republicana no parece tenerlas todas consigo: primero, una hija soltera que resulta preñada a los 17 años, ella y su marido inscritos en un grupo que busca la independencia de Alaska.

Y paro de contar.

¿Qué pasa?

 No sé si es que antes éramos menos personas, si la prensa no era tan agresiva, si los trapos se manejaban en casa o si la gente era más decente, más respetuosa de la escala moral. Imagínense este mundo: una sobrina y nieta de los Presidentes  Bush presa por uso de drogas prohibidas, una drogadicta.

Una hija del Presidente Bush retratada sin panties, foto que ha dado la vuelta al mundo a través del Internet.

El heredero al trono de Inglaterra vive con una mujer casada, esposa de un amigo o conocido,  mientras está casado con una de las mujeres más admiradas del mundo.

Un Presidente en ejercicio, de los Estados Unidos, Bill Clinton, cuyo semen contribuyó a desenmascararlo como copartícipe en una felación que le hacía una joven pasante de la Casa Blanca, de más o menos la edad que su propia hija.

Un mundo donde la esposa del Presidente de Francia confiesa, como si se tomara un rico jugo ce chicota en día de verano, que no sabe cuántos amantes ha sido. Y todavía no es nada: las fotos de la señora desnuda en pelotas, como Dios la trajo al mundo antes de los bellos del pubis, en distintas poses.

Hay gentes, hay grupos, hay sociedades, que llegaron tarde cuando Dios estaba repartiendo moral.

Eso que parece tan sencillo como la moral, el conjunto de reglas que enmarcan la actuación decente, honesta, seria, respetuosa de los demás.

Respetar las reglas y a las personas para que las personas respeten a uno.

Por eso aquí, donde esos ejemplos repercuten y faltan otros, que un ex carajo a la vela regale un automóvil de lujo a una querida, basta con que el hombre llegue a un puesto “bueno”, bueno para que él robe y los demás nos hagamos los ciegos.

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