La fuente del verdadero gozo

La fuente del verdadero gozo

Hay una diferencia entre el gozo estimulado humanamente y el que se produce de manera divina.
El rey David escribió el Salmo 21 en agradecimiento a Dios por las victorias y bendiciones que le había dado.
Él pudo ver cumplidas todas aquellas peticiones que hizo al Señor, y esto le produjo satisfacción.
Muchos se equivocan al pensar que la alegría y el bienestar emocional satisfactorio pueden provenir solo de las cosas materiales, del logro personal o del estímulo a los sentidos.
La psicología dice que mientras más empeño pongamos en lograr algo, mayor será la frustración.
Después de tener la casa, el auto, el ascenso, la carrera o la persona deseada, entonces descubrimos que aún sigue el vacío.
En ocasiones mucho más profundo.
El alcohol, las drogas, el sexo y la vida desenfrenada no son el camino a la felicidad ni a la paz del corazón.
Esa es la razón por la cual hay muchos que destruyen la salud, la familia y, peor aún, terminan a destiempo en los cementerios.
En el Salmo 63 David vuelve a repetir que el rey se regocija en Dios (11).
El gozo del que habla se refiere a un sentimiento que genera Dios.
Su misterio consiste en que no depende de cosa humana o material y porque trasciende las circunstancias de la vida.
Es positivo y permanece en medio de los problemas, enfermedades, situaciones económicas, familiares….
Es algo tan poderoso que humanamente no puede ser comprendido.
Pero es tan real como el viento que pasa y, sobre todo, puede ser experimentado por todo el que quiera y a partir de ahora mismo.
Solo basta hacer un alto y llenar el alma de la presencia de Dios y de su santo Espíritu.

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