La fuerza de la voluntad

La fuerza de la voluntad

Julio Ravelo Astacio

Por Julio Ravelo Astacio

Esta fuerza ¿realmente existe? Que nadie lo dude. Pero, además, ella es capaz de transformar nuestras vidas. Determinando nuestras características, ubicándonos en espacios definidos y exitosos.

La definimos como la capacidad que tiene la persona para elegir entre realizar o no un determinado acto.

Las actividades humanas pueden clasificarse en dos grandes grupos: involuntarios y voluntarios.

Las involuntarias son todas las que tienen lugar de forma instintiva o refleja: los procesos fisiológicos y corporales, como respirar, digerir, dormir, etc., que no están bajo la acción de nuestra voluntad por su carácter automático.

Las acciones voluntarias, serían aquellas que tienen lugar luego de un proceso mental consciente, que debe atravesar el filtro de la razón.

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Toda acción voluntaria debe pasar por las siguientes etapas: -Motivación: factor que lleva al individuo a actuar. -Racionalización: proceso de razonamiento obtenidos los datos se valora la necesidad de acción. -Decisión: valoramos los pros y los contras de la posible acción. El individuo muy decidido evalúa y actúa. En cambio, el indeciso, necesita tiempo para pensar, evaluar, se angustia antes de tomarla. -Acción: permite la materialización del deseo. Si resulta acorde con los deseos de la persona, llevarla a cabo le produce una sensación de satisfacción y cierto orgullo.

“Querer es poder”. “Si otros pueden hacerlo, yo también puedo”. Estas son palabras sencillas, repetidas diariamente aquí y en otros lugares. Para decir: “qué tiene él (ella) que yo no tenga”. Al parecer la cosa es fácil, pero no es tan fácil, tampoco es sencilla.

Entonces, cómo es que estas expresiones tan socorridas han tomado cuerpo y se repiten sin cesar. Qué bueno fuese que, con usted querer, ya puede. Pero aquí podemos hacer un símil con la persona que de otro se enamora…pero espere: usted se enamora, pero, debe hacer un esfuerzo tenaz y persistente para que la otra persona conozca de su admiración, le conozca con más profundidad y luego le otorgue el anhelado “sí”.

Con la voluntad ocurre algo parecido: pensó que debe bajar de peso, volver a ponerse esa ropa o esos jeans que tanta admiración causaban. Comentó con alguien su deseo de estudiar otro idioma y todos los beneficios que ello conllevaría. Preocupado usted y aturdida la familia, llegó a la idea de que debe abandonar el consumo de drogas o el uso abusivo de alcohol. Escuchó los buenos consejos de un Dr./Dra. sobre los daños del tabaco en nuestro organismo y pensó en dejar de fumar…De ser así, estamos en la necesidad impostergable de apelar a la fuerza de la voluntad, para que, fortaleciéndola seamos capaces de superar esas debilidades.

Tenemos un dilema, podremos dejar atrás esos excesos, pensamos que no somos poseedores de esa fuerza, esa determinación que nos permitirá escapar de esas falencias. La mente humana es más poderosa de lo que imaginamos. Basta con la determinación de cambiar y luchar para ello, con perseveración y firmeza para lograrlo.

Debemos dejar claro que, lograr el éxito cuesta: trabajo, dedicación, entrega, responsabilidad, pensamiento optimista por lo que se lucha y desea. Nadie afirma que lograr objetivos es fácil. No negamos que: hacer ejercicios, abandonar un tipo de alimentación, levantarse temprano, acostarse de madrugada estudiando para pasar unos exámenes, o mover el esqueleto para perder unos cuantos kilos, dejar el consumo, etc., sean actividades fáciles de llevar a cabo. No obstante, si se lo propone, puede lograrlo.

La fuerza de voluntad está vinculada al autocontrol. Recordar siempre que, cuando ud. se propone cambiar, modificar algunos hábitos para enfrentar dudas y conflictos, por momentos parecería que no avanza y la duda puede amenazar sus propósitos.

Si ocurriese algo así, mantenga la visión sobre los beneficios a largo plazo y persista en aquellas actividades comprometidas con la meta trazada. No se deje abatir por los fracasos momentáneos o por la sensación de que no se avanza a la velocidad deseada. No permita que la frustración anule sus propósitos. No ceda ante los impulsos de gratificación inmediata. No renuncie por tropiezos o dificultades momentáneos hacia donde ud apuntó y se inscribió en la ruta del crecimiento y la superación. La fuerza de la voluntad se puede desarrollar, todos debemos luchar para entenderlo y lograrlo.