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SANTIAGO. La fundación Corazones del Cibao y el Hospital Infantil Doctor Arturo Grullón, de esta ciudad, presentaron hoy a 19 niños y niñas provenientes de hogares de escasos recursos económicos, quienes fueron operados para corregir problemas de cardiopatías congénitas.
El doctor Juan Ramírez, director ejecutivo de la fundación Corazones del Cibao, explicó que en esta ocasión, el programa de cirugías que se realiza desde hace 10 años, incluyó la intervención quirúrgica de cinco menores haitianos.
Los 19 pacientes operados del corazón tenía cardiopatías congénitas que si no se les resolvía su problema, iban a morir en corto tiempo y ese corto tiempo sería una vida de sufrimiento, porque presentaban complicaciones. Gracias al esfuerzo de la fundación, el hospital, la International Children’s Heart Foundation, el Club Rotario Santiago Monumental y la fundación Rotaria, desarrollamos este proyecto, dijo Ramírez.
En los 10 años de las jornadas de cirugías para niños y niñas con cardiopatías congénitas, ya han sido operados satisfactoriamente mil 234 pacientes, registrándose un promedio de 150 por año y, según Ramírez, la meta es operar a 400 personas por año, como una manera de dar respuestas a las necesidades de la población, especialmente de aquellos que no pueden pagar la cirugía.
La ventaja de las cardiopatías congénitas es que si se operan a tiempo el niño queda curado totalmente, como una persona que nació normal. Mientras más temprano es la edad del niño, mejor. En esta jornada, las edades de los pacientes oscilan desde un mes de nacido, hasta 18 años. Contamos con un grupo de médicos nativos y extranjeros, explicó Ramírez.
Los 19 pacientes provienen de Santiago, Santo Domingo, San Francisco de Macorís, Santiago Rodríguez, La Vega, Mao, Montecristi, San Pedro de Macorís y de Haití.
Saira Pérez, de San Pedro de Macorís, madre de una niña operada, dijo sentirse agradecida por la operación que le fue realizada a su hija de cuatro años, quien no tenía muchas esperanzas de vida, si no se le hacía la cirugía.
Estoy súper agradecida, primero con Dios y luego con el doctor Ramírez, porque gracias a ellos ya la niña está sana. Yo la estaba tratando en el hospital Robert Reed Cabral, de la capital, y a través de la doctora Maritza López me envió hasta aquí. Lo primero que le habían hecho a la niña era un cateterismo, hasta que por fin pudo ser operada, comentó Pérez.
La fundación Corazones del Cibao cuenta con el apoyo de las autoridades de salud, empresas privadas y recursos internacionales, aprovechando la infraestructura y equipo humano con que cuenta.
