La Fundación Sinfonía Modelo cultural en República Dominicana

La Fundación Sinfonía Modelo cultural en República Dominicana

A: doña Margarita Copello de Rodríguez, Maritza Bonetti , María Amalia León, Carmen Rita Malagón y Fabiola Herrera, quienes junto a otras cómplices y luchadoras han logrado fundar y mantener la Fundación Sinfonía, rindiéndole desde 1986 un gran tributo a la cultura dominicana, a pesar de librar una lucha incansable para que la República Dominicana sea respetada en el extranjero, gracias a que anualmente presentan conciertos de grandes y virtuosos maestros musicales que refuerzan y han logrado desde dichos años 80’s rescatar la Orquesta Sinfónica Nacional, que desde hace muchos años tiene toda la calidad requerida y puede presentarse o competir con las grandes orquestas del mundo.

Esta Fundación tuvo como primer presidente y fundador a don Pedro Rodríguez Villacañas, quien junto a su esposa doña Margarita, y a otros empresarios interesados en la cultura, al igual que embajadas y otras instituciones, tuvieron la responsabilidad oficial de la Sinfónica hasta el año 2002 cuando se crea el Ministerio de Cultura. Pero, la Fundación sigue siendo el alma y el espíritu para que dominicanos amantes de la cultura, de la calidad de sus músicos e invitados internacionales disfruten de la música que conocen como “música clásica o de elites”. Es muy importante que entendamos bien este concepto, porque la música inmediatamente pasan años de ser compuesta se convierten en “clásica” y a decir verdad, puede ser de varios géneros, como boleros, jazz, sones, danzones, bossa nova, balada, en fin esos ritmos que por muchos años han disfrutado nuestros abuelos y que hoy tienen vigencia. Para muestra basta disfrutar a tenores y cantantes líricos dar conciertos en exquisitas plazas y escenarios europeos que son ejemplo de lo que expreso, y dicho sea de paso, muy fusionado en el presente.

Ahora bien, hay periodos históricos que marcaron el concepto de música clásica, como el renacimiento y el barroco entre otros, que se identifican a través de fechas concretas en el tiempo. Desde los años 1700 el clasicismo musical comprende un preciso momento histórico que logran e inspiran maestros como Sebastian Bach, y posteriormente, Beethoven en 1820. Lo que caracteriza este período musical hacia una evolución absolutamente equilibrada entre armonía y melodía. Toda forma de música se debe orientar a buscar un equilibrio. Para ampliar someramente el concepto y de acuerdo a los especialistas, las formas más conocidas de la música clásica son la sonata y la ópera y los más fieles representantes del género serán Franz Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, siendo este último quien cerrará el período conocido como clasicismo y dejará un importantísimo legado que dará inicio al período romántico de la música, que será absolutamente inspirador para los artistas que lo sucederán en el siglo XIX. Si bien las sinfonías de Beethoven es lo que más popularmente se conoce de él, su aporte resultó ser mucho más determinante en el piano y la música de cámara.

Próximamente, la Fundación Sinfonía se compromete y nos acogerá en la ese Patrimonio de la Humanidad que es la Ciudad Colonial, en tres conciertos de Cámara en la Capilla de los Remedios, ubicada en la calle Las Damas, y en la Iglesia Regina Angelorum, lo que ocurrirá entre el 4 al 14 de marzo de 2015, estará como solista de violín Aisha Syed con las Cuatro Estaciones de Vivaldi y la otra versión de esta pieza del argentino Astor Piazzola. Otra joven dominicana como la Syed, Nathalie Peña Comas, soprano la noche del viernes 6 de marzo, participará en la interpretación de obras de Vivaldi, Kuusisto y Piazzola, acompañada de una una orquesta de jóvenes dirigida por el Maestro Darwin Aquino, quien será Director Asistente del Festival.

También, la cartelera incluye la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito. El Festival abrirá el miércoles 4 de marzo con un grandioso concierto con el violinista siberiano VadimRepin quien interpretará el Concierto para violín y orquesta de Jean Sibelius, acompañado de la Orquesta del Festival. Completará el programa la Obertura Fantasía de Tchaikovski y la Sinfonía No.5 de Prokofiev.

Para el segundo concierto, el sábado 7 de marzo, contaremos con la participación del pianista francés Jean Yves Thibaudet, quien tocará el concierto No.2 para piano y orquesta de Franz Liszt. El programa incluirá la Obertura Tannhauser y Scherezade de Rimsky-Korsakov.

El tercer concierto, miércoles 11 de marzo, presentaremos una hermosa noche lírica “Belcanto Fireworks” con el tenor estadounidense Lawrence Brownlee y la mezzoprano irlandesa Tara Erraught con arias de Mozart, Bellini, Donizetti y Rossini.

En estos tres conciertos la Orquesta del Festival será dirigida por el Maestro Ramón Tebar, quien ha sido parte del Festival Musical de Santo Domingo desde el año 2009 y quien será el Director Musical de esta edición del Festival.

La noche de clausura será el sábado 14 de marzo, con la participación del pianista español Javier Perianes interpretando el concierto en Sol Mayor para Piano y Orquesta de Ravel. Completará el programa de este maravilloso concierto, que estará dirigido por el Maestro José Antonio Molina, Maestro de Honor de esta décima edición del Festival, el Poema Sinfónico Don Juan de Strauss y la Sinfonía No. 6 de Tchaikovsksi.

El jueves 12 de marzo tendremos un concierto de música de cámara, también en la Iglesia Regina Angelorum, con los Principales de la Orquesta del Festival, procedentes de las principales orquestas de Europa, Estados Unidos y de nuestro país.

En conclusión, la Fundación Sinfonía es otro gran e importante aporte a la cultura dominicana, y debemos darle todo el apoyo a nuestro alcance, no solamente como espectadores, sino participando desde las posibilidades que cada uno de nosotros pueda tener, y toda institución cultural merece el apoyo comunitario, porque la cultura es lo que define la identidad de una nación. Es un sector que aporta a la economía –esto está más que demostrado-por lo que debemos creer en la cultura, defenderla y sobre todo, tener un espíritu crítico y diferenciador de qué es y qué no es cultura…

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