La genética en la evolución agrícola

La genética en la evolución agrícola

La genética y el uso de los fertilizantes han influido en el sector agrícola, especialmente en los países desarrollados como EE.UU., Inglaterra, Alemania, Japón, etc., países que además tienen clima templado, donde la teoría económica indica que en esos países quien no ahorra en primavera, verano y otoño, muere en el invierno. Sin embargo, en los países del trópico que no existe diferencia de estaciones, el hombre solamente tiene que levantar las manos y agarra un mango o cualquier fruta tropical. Todavía en el 2013, los países ubicados en el trópico son subdesarrollados.

En la década de 1960, comenzó la revolución verde, porque la Fundación Ford, Fundación Rockefeller y Fundación Kellogg, aportaron recursos al IRRI en Filipinas y CIAT de Colombia, para apoyar la investigación en arroz, trigo y maíz.

Todo comenzó cuando los científicos del IRRI encontraron una variedad de porte alto y vigoroso de Indonesia, llamada PETA que combinada con un arroz enano de Taiwán llamado Deo-geo-woo-gen, hicieron el cruzamiento de estos arroces y se produjo una variedad de arroz milagrosa, conocida como IR-8. Esta variedad duplicó y en algunos casos triplicó la producción de arroz. La variedad IR-8 fue producida por los científicos Dr. T. T. Chang, Dr. M. H. Beachel y el Dr. Peter Jenning, que trabajan en el IRRI, que luego también esa variedad pasó al CIAT en Colombia y llegó al país en la década de 1960.

El Dr. Hsieh, Director de la Misión Técnica de Taiwán en Juma, trabajando con un equipo técnico, cruzó la IR-8 con la Nilo-1, que llegó de El Salvador y produjo la Juma-57, que de 1972 a 1998 era la reina en la producción, pero el vaneamiento de 1998, casi la eliminó. El mismo Dr. Hsieh obtuvo la variedad Juma-58, pero la misma no era tan buena como la Juma-57. En el 2013 ambas variedades han degenerado y en su lugar están las simientes JARAGUA y QUISQUEYA.

A partir de la crisis alimentaria de 2008, hay que reinventar la revolución verde, porque las fundaciones ya no están dando recursos financieros y las multinacionales, como Monsanto, producen semillas transgénicas de maíz, soya, etc., pero muy caras para los países en vías de desarrollo. Se requiere un nuevo modelo de investigación para los países subdesarrollos, que permita un mejor uso de las nuevas variedades. Hay que crear una cultura de investigación agroindustrial, que integre la producción agraria, la agroindustria y el mercadeo.

En la producción de arroz se sigue con la vieja tecnología, porque la biotecnología nueva todavía no ha dado los resultados esperados en la creación de nuevas variedades de arroz. En el país es necesario preparar más genetistas en arroz, porque el Dr. Hsieh está casi en edad de jubilación.

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