El pasado 2 de junio, el toletero dominicano Vladimir Guerrero dio un espectáculo con el madero, empujando nueve carreras en la victoria de los Serafines de Anaheim sobre los Medias Rojas de Boston.

Para los que conocemos el historial de Guerrero, no fue ninguna sorpresa. Y los que han seguido de cerca a los Serafines en esta campaña tampoco se extrañaron. En el momento de completar esta columna, Vlad bateaba .348 (quinto en la Liga Americana), con 14 jonrones (segundo en la liga) y 50 carreras empujadas (empatado con su compatriota David Ortiz Arias en el primer lugar).

Esta gran actuación de Guerrero ha sido justo lo que necesitaba el equipo de Anaheim. Con la ausencia de estelares como Garrett Anderson, Darin Erstad, Tim Salmon y Troy Glaus, la ofensiva del nativo de Nizao, República Dominicana ha hecho más falta que nunca. Sin duda, Guerrero se ha tirado el equipo encima en estos primeros dos meses y medio de la temporada.

Si bien es cierto que muchos ya sabían de las grandes habilidades de Vlad antes del 2004, también es verdad que el

fanático ocasional no lo había visto con mucha frecuencia, ya que durante sus primeros siete campañas completas en las mayores, tenía relativamente poca proyección en los medios de comunicación con la tambaleante franquicia de los Expos de Montreal. Además, Guerrero es bastante tímido; el concepto de la auto promoción todavía no le llega. Siempre ha dejado que su bate hable por él.

Pero ahora es imposible obviar su gran impacto en el béisbol. Para mí, está entre los mejores cinco peloteros ahora mismo. Se le puede mencionar junto a Barry Bonds, Alex Rodríguez, Sammy Sosa y Albert Pujols en estos momentos.

En el caso de Guerrero, tiene algo que lo destaca de los demás: Su increíble alcance con el bate. Puede sacar del parque un lanzamiento a nivel de sus pies, por la cabeza, afuera, adentro; en fin, no tiene zona específica donde un lanzador pueda intentar hacerle daño.

Como jardinero, tiene uno de los brazos más poderosos en todo el béisbol. En el fieldeo es excelente, y con el paso de los años mejorará cada vez más, adquiriendo madurez para acompañar su gran velocidad en el jardín derecho.

Si usted no sabía quién era Vladimir Guerrero antes del 2004, tiene que conocerlo ahora. Y si pensaba que la Liga Americana se iba a disputar únicamente entre los Yankees y los Medias Rojas, se equivocó. Porque en Anaheim hay un equipo que aún espera por unos «Angelitos», como los Anderson, los Erstad, los Glaus y los Salmon. Y cuando se junten todos de nuevo en el equipo de los Serafines, habrá que tomarlos en cuenta.

¿Nueva York y Boston como favoritos? Bueeeeeeeno.