La gente no debe morir por culpa de la desidia

La gente no debe morir por culpa de la desidia

Cada detalle desgarra y humilla. Dice, casi a gritos, que la desidia ha llegado a unos niveles terribles en los hospitales del país. ¿Cómo es posible que 116 personas mueran por causas evitables y, lo que es peor, el 95% haya fallecido a pesar de haber ido en más de una ocasión a un centro de salud para buscar ayuda y no se les haya tratado como correspondía?

Si las muertes son ya de por sí graves, más aún lo es que los médicos hayan reportado que esos fallecimientos fueron consecuencia del dengue cuando no fue así: 78 murieron por dengue, mientras 25 por enfermedades infecciosas y los otros 13 aún se están evaluando.

Saber que ninguna de esas muertes debió suceder es alarmante: dice que los hospitales se están convirtiendo en simples cementerios. ¿Lo más fuerte? No hay castigo para los responsables de estas defunciones.

Si es es duro escuchar que hay dominicanos muriendo por culpa de un mal diagnóstico, un manejo inapropiado de los líquidos y fallas en el seguimiento de los signos vitales cuando están hospitalizados, resulta peor aún que las autoridades de Salud Pública se queden como si tal cosa. ¿Es que la vida de esas 116 personas no importa nada?

La auditoría de esas 116 muertes debería llevar a un diagnóstico profundo del sistema de salud para determinar qué y quiénes están fallando y cómo se puede evitar que eso continúe sucediendo. El Gobierno, ese que sólo sirve para callar, debería disponer una investigación seria en los hospitales. También debe crear los mecanismos para que Salud Pública supervise mejor a los médicos. Es inconcebible que gente muera así, porque sí.

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