La geopolítica de la geopolítica

La geopolítica de la geopolítica

MIGUEL SANG BEN
El pasado jueves 15 de diciembre apareció en el Listín Diario, en su página editorial, el artículo “La importancia de la geopolítica” de la firma de José Miguel Soto Jiménez. Muy en el principio, el Extitular de la cartera ministerial militar dominicana estableció sus credenciales para hablar del tema: rememoró su época de profesor de la materia en el Instituto Militar de Educación Superior.

Le concedo todos los méritos para hablar del tema, pero lo que me llamó la atención es su insistencia en la definición de más de un siglo dada por el “Padre” fundador de la disciplina en su vertiente germánica: Hauschofer. Esta línea de pensamiento germánica llevó a la Primera y Segunda Guerras Mundiales.

Como secuela de que el pensamiento germánico (y en cierta medida, francesa) los pensadores de tradición sajona acuñaron un término para eliminar el “tufo” determinista de la geografía en el concepto “hauschoferiano”: es el área de las relaciones internacionales, más “neutro” en sus pretensiones de explicar las causas por las cuales los actores internacionales, exclusivamente para entonces, los Estados-Naciones de acuerdo a la definición aplicada en la Paz de Westfalia, cuando se firmó la paz entre el Emperador germánico y los Príncipes, y entre católicos y protestantes.

Me resulta incómodo cuando se insiste en el enfoque germánico cuando discutimos problemas inter-naciones, como es el problema prioritario para la Agenda de la Nación Dominicana: la definición de los términos de convivencia con la vecina Nación Haitiana, porque desechamos todo el arsenal teórico-metodológico acumulado por las nuevas disciplinas de las relaciones internacionales.

Por ello es que la raigambre geopolítica de las concepciones geopolíticas que aplicamos tiene su importancia. En ese sentido, el artículo del cientista militar Soto Jiménez hay que leerlo con detenimiento, porque esta inteligentemente llamando a la defensa de territorialidad desde la perspectiva hauschoferiana.

Por esa dialéctica llega a multidimensional el concepto de “frontera”, cuando afirma que la defensa de la frontera es el deber y la función militar y que dicha frontera se ha redefinido en otros muchos aspectos por lo que la frontera viene a ser delimitada por nuevas amenazas fruto de la globalización: tráfico de personas, narcotráfico, delitos financieros, contrabando de armas y el terrorismo.

Pero, esas nuevas amenazas se multiplican y nos afectan a todas las naciones-estados simultáneamente; por lo tanto, la nueva diplomacia no es el enfrentamiento (aunque la política militar de la guerra preventiva nos bloquee esta presunción) sino la cooperación, porque estas nuevas amenazas son transnacionales y requieren el concurso de todos los estados. En consecuencia, si asumimos esta otra perspectiva, el reciente viaje del Presidente Fernández a la vecina Haití significa establecer una “medida de confianza mutua” que debe ser reforzada para que la institucionalidad democrática sea restablecida en Haití para que en el menor de los plazos posible podamos coordinar las acciones concertadas en contra de las nuevas amenazas que nos afectan a las dos sociedades.

Es un nuevo predicamento el que debe fundamentarse el análisis geopolítico de la nación dominicana, para que seamos factores de paz y no factores de inestabilidad, en ambos lados de la frontera. Afortunadamente, América Latina está asumiendo su cuota de responsabilidad cuando el proceso de democratización en Haití está en manos de naciones hermanas.

Los hechos de las demostraciones por la presencia de nuestro Presidente en el Palacio Nacional de Puerto Príncipe debe ser valorado como parte de una Agenda de Colaboración para asumir concientemente la seguridad colectiva de la totalidad de la isla, como un paso previo de la seguridad sub-regional que significa el Caribe Insular y que a su vez es parte de la Agenda de Seguridad Hemisférica tratada en el marco de la Organización de Estados Americanos. Sería un eslabón y el primero de la larga cadena de niveles que necesitamos en la geopolítica del siglo XXI.

Porque la geopolítica es un fenómeno que debe ser tomado en cuenta geopolíticamente hablando. Los aires de y vientos de conflicto entre las dos sociedades que compartimos la isla Hispaniola no son convenientes en estos tiempos de globalización, por lo que debemos evaluar la “diplomacia presidencial” del Presidente Fernández, equivalente a los periplos de de Kissinger para la paz para la península Indochina o para el Medio Oriente.

Si en América Latina tenemos ejemplos de cooperación regional exitosos como la Agenda de Seguridad Centroamericana o la coordinación conjunta de las Fuerzas Armadas Argentinas y Chilenas, por un lado, y Brasileña y Argentina, por el otro, ¿cómo podemos darnos el lujo de ir en vía contraria auspiciando el enfrentamiento entre nuestras dos naciones?

La geopolítica debe tomarse en cuenta aplicando los mismos principios que la ciencia nos obliga: tomar en cuenta la realidad del tiempo y el espacio que nos corresponde en esta coyuntura y en esta isla.zz

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