Ha sido ejemplar y muy equilibrada la gestión del arquitecto Joaquín Gerónimo al frente de la Superintendencia de Pensiones, institución sometida con relativa frecuencia al debate sobre temas polémicos y controversiales que involucran grandes intereses económicos y sociales.

En cada una de esas confrontaciones, el funcionario mencionado, que dicho sea de paso es un magnífico expositor, ha actuado con responsabilidad y transparencia, asumiendo posiciones diáfanas y en ocasiones valientes, demostrando al mismo tiempo un conocimiento cabal de la materia que maneja, convirtiéndose en un excelente discípulo del Lic. Arismendi Díaz Santana, pionero del sistema de pensiones y la seguridad social.

La administración de Joaquín Gerónimo se ha caracterizado por un constante flujo de informaciones sobre los multimillonarios recursos que acumula la Superintendencia de Pensiones y el uso que le da, pero también los obstáculos y debilidades que impiden la canalización de muchos de esos dineros en inversiones que contribuirían a un mayor desarrollo de las fuerzas productivas del país.

La gestión de Gerónimo ha sido clara y abierta, imperando la equidad y la justicia, siendo además un abanderado a favor de que los trabajadores reciban una pensión digna para el retiro, protegiendo los recursos de los fondos de pensiones y exigiendo una tasa de retorno que garantice la sostenibilidad del sistema.

El arquitecto Joaquín Gerónimo combina la rectitud con la prudencia, habiendo logrado dominar en poco tiempo una actividad que como la seguridad social y el sistema de pensiones no se pueden prestar a improvisaciones que desestabilicen su curso normal.

Frente a un funcionario trabajador, ilustrado y competente como el Superintendente de Pensiones Joaquín Gerónimo lo mejor que le puede pasar al gobierno del Presidente Danilo Medina y al país es que la SIPEN siga en buenas manos.