La Gingivoestomatitis herpética en niños

La Gingivoestomatitis herpética en niños

Con el retorno a la escuela y debido a que se encuentra presente en la saliva, especialmente en los niños de edad escolar entre uno y cuatro años, que muchas veces comparten las meriendas y las bebidas, sin tomar las precauciones de lugar, esta afección se propaga entre ellos rápidamente. Las siglas por las que se conoce esta afección son GSHP, su desarrollo y evolución es diferente en cada niño, dependiendo su estado de salud general, genética, entre otras cosas.

Signos y síntomas de la Gingivoestomatitis herpética:  Ampollas o úlceras en la cavidad oral. Las cuales son muy dolorosas, pueden aparecer en las encías, lengua, paladar y piso de la boca. Están llenas de un liquido amarillento, al romperse pueden unirse con otras y crear llagas abiertas.

Dolor de garganta, fiebre, alteración en los ganglios linfáticos, halitosis (mal aliento), pérdida del apetito, cambios en las encías, tanto en la coloración como en el tamaño, se tornan rojizas e hinchadas.

Tan pronto aparezcan los primeros síntomas el niño debe ser llevado  al pediatra y al odontopediatra, una medida muy importante y que será reforzada al visitar el dentista es la higiene del área afectada, para evitar la aparición de procesos infecciosos sobre las lesiones existentes.

El promedio de duración de esta enfermedad es de diez días, actualmente y gracias a los antivirales, puede ser reducido el tiempo de la misma. Siga las recomendaciones del profesional de la salud que tiene a cargo su caso, cada ser humano es único e irrepetible por lo tanto va a reaccionar diferente.

Debe suministrársele al niño suficiente líquido, preferiblemente frío, para evitar que se deshidrate, así como una alimentación suave y a baja temperatura, que le cause la menor molestia posible ingerirla. Evite los alimentos  cítricos. Helados, gelatinas, batidas son ideales para esos días.

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Prevención

Una medida preventiva muy importante y al alcance de todos, es  educar a nuestros hijos en cuanto a la importancia de no compartir, vasos, biberones, teteras con otros niños, ya que no solo el virus del herpes simple puede trasmitirse, sino muchas otras afecciones infecto contagiosas.  De forma sencilla, pero clara y lógica, debemos conversar esto con ellos. Tan pronto la sintomatología  desaparezca, el niño debe ser llevado a una visita  al odontopediatra.

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