La gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez, decretó este domingo un toque de queda en toda la isla partir de las 21-00 hora local (01.00 GMT) y hasta las cinco de la mañana, así como el cierre parcial de los comercios, para evitar la propagación del nuevo coronavirus.
La medida estará en vigor hasta el próximo 30 de marzo, dijo en un mensaje televisado. Según las autoridades sanitarias, la isla tiene cuatro casos confirmados por el COVID-19.
El último toque de queda, por el que la población no podrá salir de sus hogares, que se decretó en la isla, fue el impuesto por el exgobernador Ricardo Rosselló en septiembre de 2017 a raíz del paso del huracán María.
Vázquez precisó que estarán exentos del decreto gubernamental el personal del Gobierno, los profesionales de la salud, así como aquellos que atiendan las emergencias. La gobernadora señaló que la medida se adopta para reforzar el estado de emergencia que impuso el pasado 12 de marzo.
“Todos los ciudadanos deberán permanecer en sus hogares y, de esa manera, contribuir a evitar la propagación de este virus. Esa es la responsabilidad de todos”, manifestó..
“Ante la posibilidad de la transmisión y propagación del virus aun de personas que no presentan síntomas, tenemos que tomar todas las precauciones para no convertirnos en potenciales portadores”, señaló.
A su vez, la mandataria ordenó el cierre parcial de todos los comercios, entre ellos los centros comerciales, cines, salas de conciertos, teatros, gimnasios, salones de juegos, casinos y negocios de venta de bebidas alcohólicas, excepto aquellos de alimentos y venta de equipo médico a partir de las seis de la tarde hora local (22.00 GMT).
Podrán estar abiertas las tiendas dedicadas a la venta de alimentos, distribución al por mayor, venta de equipo médico, farmacias, supermercados, gasolineras, instituciones bancarias y aquellos relacionados a la cadena de distribución de alimentos, de medicamentos, artículos médicos o combustibles.
“La protección de nuestra población en este momento de crisis nos permitirá recuperar en creces mañana lo que dejemos de recuperar hoy”, señaló la gobernadora que auguró un fuerte impacto económico por la decisión. “Hay que tomar todas las precauciones y controlar la epidemia por lo que hay que adoptar medidas contundentes”, concluyó.
Según datos de los gubernamentales Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en EE.UU. se han registrado y 41 muertes y 1.629 casos confirmados, pero otros cálculos extraoficiales cifran los contagios confirmados en unas 3.000 personas y los fallecimientos en 57.