La gran habilidad de los sectores de poder

La gran habilidad de los sectores de poder

Considero necesario reiterar la  habilidad que han tenido ciertos sectores de poder tradicional para crear, promover y sostener personas y grupos que en el pasado pertenecieron a la llamada corriente  progresista o vanguardista, pues  entendiendo la necesidad que tenían  de  participar desde diferentes áreas  del quehacer nacional, fuera político o de carácter independiente, los apoyaron. Optaron por abandonar su apoyo a  tradicionales defensores del conservadurismo, para introducir gente con lenguaje nuevo y más a tono con los tiempos, pero que en definitiva, hagan el mismo papel. Que los que antes hablaban de un sistema opresor,  ahora propugnen por  estabilidad macro-económica.

Ya no se escuchan esas voces en defensa de los sagrados  intereses populares. No se oyen  expresiones en defensa de la clase trabajadora,  campesinos,  estudiantes. Tampoco de romper las estructuras políticas sociales y económicas. Solo se habla de crecimiento y de estabilidad macro-económica.

Pero, ¿Qué es la estabilidad macro-económica, sino el mantenimiento de las cosas como están? Qué otra cosa significa, que no sea mantener a los ricos haciéndose más ricos y a los grandes emporios haciendo más negocios, mientras los niveles de pobreza y  atraso crecen o se mantienen igual?

Muchos que ayer encantaban sectores populares con un verbo  rebelde o progresista,  se han convertido en los defensores del status quo,  pero con etiqueta  renovada. Pocos hablan de injusticias y de monopolios.  De los abusos que se cometen contra los consumidores. No denuncian los contratos y grandes negocios que se agencian los sectores de poder. Porque los grandes beneficiarios son los que pagan. Los que moldean las acciones. Los que  financian organizaciones.

Ahora, gobiernos y políticos son  los únicos culpables de todo. Como si solo ellos tuvieran la culpa del atraso y de las injusticias sociales, o quienes se han agenciado leyes que los beneficien en perjuicio del pueblo. Lógico que  los políticos no están exentos de culpabilidades. Igualmente son responsables, porque también han sido penetrados por los grupos de poder. A tal punto, de que hoy día se  ufanan más de sus relaciones con los empresarios,  comerciantes, banqueros y contactos extra-nacionales, que de sus relaciones con el pueblo llano, trabajador y humilde.

 El poder lo ha penetrado todo. Casi todos los políticos como las organizaciones intermedias de carácter civil, están atados a los grupos de poder tradicional. Promovidos, mantenidos o dirigidos.

Con este planteamiento no pretendo otra cosa que llamar la atención. Tratar de evitar que nos dejemos confundir. Que se le pueda poner freno al crecimiento desmedido de los sectores insaciables en desmedro del resto de la sociedad.

Advertir, que con  envolturas diferentes, pudieran pretender regalarnos  instituciones renovadas, pero con el único fin de  que defiendan sus intereses, aunque bajo nuevas modalidades. Ya no a través de  manifestaciones reaccionarias, sino con lenguaje moderno y sutil,  pero que en definitiva, evite que las estructuras sean tocadas y se mantenga todo como está. Desacreditar el sistema político.

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