La gran revolución

La gran revolución

Aunque localmente estamos concentrados en las elecciones que efectuaremos el próximo 16 de mayo, bueno es además tomar en cuenta que estas se producirán bajo el signo y las pulsiones subyacentes de un predominante fenómeno que envuelve y sacude al mundo, siendo ajeno e independiente de las voluntades, fuerzas y eventos que en su interés quieren revertirlo o dominarlo.

Es el de la gran Revolución, detonada por la cadena de avances de las ciencias y la tecnología, en la etapa en la cual inicia su madurez buscando completarse como revolución política de libertad y democracia económica y social.

Así como el industrialismo (capitalista o socialista) fue base universal del despotismo, la actual revolución es condicionadora de espacios de democracia y libertad a su paso. El fenómeno es tal que barre toda materialidad y signos de las grandes revoluciones anteriores que tuvimos por paradigmáticas. A todas las desaloja desraizándolas, a la agrícola, a la industrial; y a las modernas, la norteamericana de 1773; la francesa de 1789; la rusa de 1917 y reforma la china. Crea lo que Alvin y Heidi Toffler señalan como una nueva civilización dominada por el conocimiento, poder que determinará quienes y cómo con el gobernarán la Tierra y que harán o haremos con ella por mucho tiempo.

La ciudadanía, las fuerzas progresistas, los movimientos sociales y las izquierdas, en las luchas en las que intervinimos debemos conocer con amplitud esta nueva época y revolucionar también el repertorio ideológico, porque si las ideas que dirigen nuestras luchas no son las que como ciencia política se correspondan con esta gran revolución, entonces igual que los reaccionarios y junto a ellos, en las mismas luchas seremos vencidos. El mundo actual es nuevo.

Los supervivientes de los intentos revolucionarios frustrados durante los últimos decenios del pasado siglo, por estas y varias razones más carentes de base de sustentación en medio de la crisis mundial del cambio, estamos aislados en ghettos, por falta de lucidez o por eternizar viejas luces y nos aislaremos más, sino cambiamos de paradigmas y co-procreamos la visualización teórica que nos meta junto al movimiento social, como aliados eficientes del proceso actual que busca definirse políticamente y crear su propia vanguardia ante un confuso posicionamiento de fuerzas conservadoras y reaccionarias que a nivel internacional se disputan por sobrevivir en sus privilegios, arrastrando pueblos a su particular ruina, en su escape a la presión que le persigue y la que nos invita a acompañar el liderazgo del poder del conocimiento, para junto a el tomar el desarrollo existente e incrementarlo para llenar el déficit social de la pobreza que produce la concentración económica del poder unipolar y además darle forma a la gran nación hacia la que la integración conduce.

El escenario de esta revolución es el planeta entero y sus protagonistas no son las potencias aliadas para cogerse sus frutos, ni quienes por eso les resistimos. Son fuerzas invisibles, presentimientos, ideas, conocimientos, pasiones, necesidades de supervivencia, etc., encarnándose como los dioses de la Iliada en unos y otros contendientes de esta gigantesca lucha sin importarle el destino de Troya o el de los vencedores y su Odisea, con tal de que alumbre el sol de un tiempo nuevo. Ojalá que aquí el próximo gobierno del PLD abra nuestros espacios a sus rayos, y que cada vez más hagamos que así sea.

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