La guerra comercial de Haití contra productos dominicanos

La guerra comercial de Haití contra productos dominicanos

Haití, en la declaración conjunta, no se comprometió a nada en concreto sobre levantar la veda impuesta ilegalmente a los productos dominicanos. Las leyes de comercio internacional no se negocian, solo se cumplen y las autoridades haitianas están obligadas a retirar las medidas impuestas ilegalmente a productos dominicanos. No puede existir un país en el mundo que permanezca en franca violación de los principios más elementales consagrados en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

En el fondo, el vecino país esta llevando una guerra comercial a los productos dominicanos. Con dos objetivos, primero: que reducir los productos ingresados de forma transfronteriza causa pérdidas arancelarias a Hatí, y no se entiende como tratan de esa manera solucionar el tema fiscal, y el otro objetivo es mantener la medida para influir en la política dominicana y conseguir concesiones en otros temas.

El gobierno dominicano no puede ponerle solo una curita a un cáncer comercial. En mi opinión hay que cambiar totalmente el mal enfoque comercial que se la ha dado a Haití y aprovechar esta nueva ronda de negociaciones para presentar al gobierno Haitiano un plan contundente, buscar el apoyo de otros actores de la comunidad internacional como la Unión Europea y los Estados Unidos, porque con ambos tenemos acuerdos comerciales en los cuales, directa o indirectamente, Haití participa. Este Plan debe tener tres objetivos: primero que Haití inmediatamente debe retirar la medida de prohibición en contra de los productos dominicanos.

Segundo: un acuerdo comercial en el que Haití conceda libre comercio a los productos dominicanos, en una modalidad que incluso pudiera incluir la posibilidad de utilizar unos fondos de compensación arancelaria, por medio el cual República Dominicana le conceda a Haití créditos por los aranceles desgravados en libre comercio en la zona fronteriza.

De esa forma, mientras más la República Dominicana exporte hacia Haití, ese país ganaría más del ingreso de los productos dominicanos sin pagar aranceles en libre comercio y los dominicanos nos beneficiariamos del aumento de las exportaciones. Ambos ganaríamos.

Tercero: el plan debe buscar construir en Haití capacidades estructurales comerciales, con el auspicio de nuestro país.

República Dominicana puede crear un fondo, que podría combinar utilidades propias con créditos provenientes de otros países socios comerciales. Con esos componentes se puede constituir un sistema financiero que beneficie a la República Dominicana y Haití. Algo parecido a los que utiliza la Unión Europea, con los países de menos ingresos y que pierden aranceles por los productos de la Unión.

Los haitianos gratuitamente no abrirán de forma estable sus fronteras a los productos dominicanos; las autoridades dominicanas deben ponerse al nivel de la situación, que es preocupante y no pueden minimizar el problema, pues se trata de una guerra comercial que enfrentamos y no es verdad que esos mil millones de dólares, en productos que exportamos a Haiti pueden colocarse fácilmente en otros países.

ZOOM

Relaciones

Como señalaba nuestro patricio Juan Pablo Duarte en una de sus cartas manuscritas para la Junta Central Gubernativa presidida por Francisco del Rosario Sánchez, cito: “tenemos de entrar en relaciones recíprocas de comercio y amistad venidero concederse y proporcionar una fuente de utilidad para ambos pueblos”. Duarte, en un escenario parecido, vislumbró el nacionalismo y el comercio como dos principios fundamentales de República Dominicana, que no se ceden, no admiten intervención y no se intercambian uno por el otro. Que mientras más crecen ambos principios más se fundamenta la patria.

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