La guerra contra el invasivo pez león en los cayos de Florida

La guerra contra el invasivo pez león en los cayos de Florida

ISLAMORADA, Estados Unidos. AFP. Vestido de buzo, Eric Billips se ajusta el tanque de oxígeno y agarra un arpón antes de zambullirse junto a un compañero en las transparentes aguas de los Cayos de Florida: la caza del invasivo pez león comienza.  

Estos venenosos depredadores se han multiplicado en el Atlántico y el Caribe en los últimos años. Tanto en el sureste estadounidense como en Colombia y Centroamérica, ONGs y fundaciones promueven la caza del pez león con fines ambientales para mitigar sus efectos nocivos en el resto de la fauna marina y los corales, que sufren especialmente su impacto.

Como parte de una de estas camapañas, Billips, de 42 años, comenzó a cazar peces león hace seis años y estima haber arponeado a miles de ellos.

Esta vez no sabe si conseguirá sacar alguno a la superficie, pero un pescador que divisó peces león por esta zona, a siete kilómetros de la costa de Islamorada, Florida (sureste de EEUU), le dio las coordenadas.

Los buceadores descienden unos 40 metros hasta lo que parecen restos de un puente, pedazos de concreto y hierro, que sirven de santuario para peces.

Meros y pargos nadan junto a peces más pequeños: el almuerzo de los peces león está servido.

Billops comienza a usar su arpón contra los depredadores, que van cayendo uno a uno. Doce minutos más tarde, él y su colega suben a la superficie con más de una docena de peces león.

«Es una locura. Estos peces león no le tienen miedo a nada», dice Billips, dueño del centro de buceo de Islamorada en los cayos, extremo sur de Florida.

Otros dos buceadores se lanzan al agua y salen igualmente con el botín de estos vistosos peces de rayas rojas, naranjas y marrones, algunos de ellos de hasta 40 centímetros.

Sin enemigos. Los primeros peces león en Florida fueron detectados en Dania Beach en 1985. Son nativos del Mar Rojo y el Pacífico, y se cree que empezaron a poblar el Atlántico gracias a personas que vaciaron sus acuarios en el océano.

Dos especies de pez león -Pterois volitans, la más común, y Pterois miles- se convirtieron oficialmente en las primeras en establecer una población en las costas estadounidenses.

Actualmente se han expandido por un área de cuatro millones de kilómetros cuadrados, que incluye el Atlántico, el Caribe y el Golfo de México.

Con 18 espinas venenosas capaces de causar un dolor intenso y sin depredadores naturales, estos animales de la familia del pez escorpión nadan a sus anchas. Ni siquiera los tiburones los comen.

Y los peces león se alimentan de casi todo lo que sea de menor tamaño que ellos.   «Es alarmante que una pequeña población de peces león puedan literalmente consumir millones de presas en un año», dice James Morris, investigador de estos peces en la estadounidense Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

El primer derbi de caza de pez león tuvo lugar en las Bahamas, según Lad Akins, director de la organización dedicada a la conservación marina REEF.

Según un estudio liderado por Stephanie Green, ecologista de la universidad del Estado de Oregon, matar entre 75 y 95% de los peces león de los arrecifes de las Bahamas fue suficiente para que las poblaciones de peces locales volvieran a crecer.

Durante los últimos años, Green ha viajado por el sur de Florida para seguir la pista de estas competencias y contabilizar a los peces león.

«Hacer derbis anualmente, o con más frecuencia, podría mantener bajo el número de peces león, lo suficientemente bajo como para que no tengan un impacto», dijo Green.

Y el ganador es…  Una fiesta culmina el torneo, en el que tomaron parte cinco barcos en las costas de los cayos. Con música reggae de fondo, los que capturaron más peces león reciben premios.

Lad Akins, coautor de un libro de cocina con platos en base a pez león, demuestra al público como limpiar el pescado y obtener filetes.

Otros voluntarios preparan ceviche y pez león frito.

Billips y su barco obtienen el primer premio, con 86 especímenes arponeados.

«Esto sirvió para salvar a unos 20.000 pequeños peces», dice Billips, quien aunque sabe que ha sido el mayor botín que ha conseguido en un derbi, se declara satisfecho.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas