El senador Wilton Guerrero Dumé, (PLD-Peravia), destapó la caja de Pandora cuando denunció la mafia de narcotraficantes que opera en su provincia y que recientemente, por una rebatiña de 1,200 kilos de cocaína, produjo siete víctimas.

Apenas si he visto un par de veces a Wilton Guerrero Dumé, pero dispongo de informaciones de que es un hombre laborioso, próspero (rico), con una docena de empresas de tejidos y electrodomésticos en su pueblo natal, eficiente como funcionario porque proviene del sector privado endosado de triunfalismo.

Wilton Guerrero Dumé es un peledeísta íntegro, que derrotó por las buenas a Vicente Castillo Peña, un líder indiscutido de Peravia, máxima expresión del PRD en su provincia, en las elecciones para optar por la curul senatorial, no solo a base de papeletas, como ganan no pocos, inclusive, presidentes de la República.

Sucede que Wilton Guerrero Dumé se sintió aterrorizado por la escalada del narco y su influencia perniciosa en su solar nativo, se cansó de comunicar a las altas instancias de poder su preocupación y la grave anomalía social penetrada por el narco en su área de influencia, sin obtener respuesta a su urgente preocupación.

Con pelos y señales, en una demostración de honestidad y no poco valor personal, Wilton Guerero Dumé denunció públicamente lo que un lote silencian y, con ello, se hacen reos por omisión, del desastre que permea nuestra sociedad con el ímpetu de un sunami.

Algo aún más grave  que todo cuanto ha sido denunciado es que los organismos de inteligencia del Estado de Peravia, J-2 de las FFAA, A-2 de la Marina de Guerra, SS de la Policía Nacional, DNI, DNCD no informaran a sus superiores de todo cuanto acontecía y sigue aconteciendo en Peravia vinculado con el narcotráfico.