La guerra del Metro

La guerra del Metro

Es probable que el título asuste un poco a la gente de la Opret, pero ese no es el propósito. Simplemente quiero llamar la atención, y no solo de los constructores de la segunda línea del Metro, sobre la actitud desafiante de los residentes en Gualey afectados por la obra, que exigen ser reubicados en viviendas mas dignas. Y lo mismo ocurre del otro lado del río, en la ribera este del Ozama, donde sus residentes advierten que no permitirán que allí se construya nada si antes no los trasladan a un lugar mejor. El pasado lunes se produjo la primera refriega entre la Policía y gente que teme ser dejada fuera del reparto, con un saldo de unas cuantas mujeres golpeadas y varios detenidos. Y como la Opret ha dicho que no tiene suficientes recursos para indemnizar a todos los afectados, es de esperar que haya nuevos encontronazos y protestas, pues los residentes de Gualey parecen dispuestos a sacarle provecho, por las buenas o por las malas, a la violenta irrupción del progreso en sus miserables existencias.

Así es mejor.- Dicen que el presidente de la Cámara de Diputados, Abel Martínez, no aparece “ni en los centros espiritistas”, por lo que no ha sido posible obtener su opinión sobre la denuncia del diputado perredeísta por San Juan de la Maguana, David Herrera Díaz, de que al menos 30 de sus colegas vendieron los regalos que recibieron para repartir el Día de las Madres. Y no lo culpo, pues en su caso tendría que responder un montón de preguntas incómodas, y ni hablar de lo difícil que le resultaría eludir su responsabilidad por la forma en que se ha manejado el presupuesto asignado a la Cámara Baja. Por eso creo que el silencio, la callada por respuesta, será siempre preferible al cinismo al que tendría que recurrir el presidente de la Cámara de Diputados para justificar que los dineros públicos se repartan con tanto desparpajo.

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