La guía del superviviente

La guía del superviviente

Los hombres que pasan sus días laborales sacando cuerpos destrozados de los autos accidentados y trasladando camillas a través de los corredores de los hospitales no sólo recogen heridos de las alfombras. También acumulan experiencias que podemos necesitar en momentos en que conservar la vida depende de tener información y saber usarla.

[b]NUNCA JUEGUES CON FUEGO[/b]

– Encuentra la alarma para el humo

– Instala la alarma de fuego en el medio del techo de cada habitación, y coloca una en cada piso de la casa.

– Juega con el extintor de incendios

– Compra varios extintores de fuego de cinco libras idénticos y distribúyelos en el baúl del carro, en el sótano, el garaje y en la cocina. Revisa la presión de los relojes una vez al año y rellénalos si están por debajo de los 34.8 kilogramos por centímetro cuadrado (195 libras por pulgada cuadrada). Más importante, reúne a tu familia, lleva el extintor al patio y remuévele el sello de seguridad. Deja que cada uno practique unos cuantos barridos. Así, llegado el momento, sabrán como usarlo.

[b]Protégete de una explosión de gas en la parrilla[/b]

Cuando una parrilla de gas para barbacoa explota en la cara de alguien, generalmente se debe a que la persona insiste obstinadamente en prenderlo. Todos olvidan que el gas es más pesado que el aire por lo que se acumula en la parte baja de la parrilla. Si las hornillas no se encienden en cinco segundos, apaga el gas y deja la tapa abierta durante cinco minutos.

[b]ALEJATE DE LOS CHOQUES[/b]

– Haz un plan de escape

– Esconde un martillo o una roca pesada bajo el asiento del conductor. Si necesitas salirte de un auto destrozado, es poco probable que puedas romper con los zapatos los vidrios de media pulgada.

– Si estas bajo el agua, sé paciente

– Si tu auto se precipita a un río o un canal y está completamente sumergido, y tú quedaste atrapado dentro, no abras la ventanilla inmediatamente: el agua puede golpearte con suficiente presión para hacerte perder el sentido.

Espera a que el agua te llegue al cuello, aguanta la respiración y abre la ventanilla o la puerta lentamente. Tienes muchas más oportunidades de sobrevivir si los haces de esta forma.

[b]Cuando estés lesionado, permanece sentado[/b]

Si un accidente te deja obviamente herido, no dejes que nadie que no sea un personal entrenado te saque del auto. A menos que veas llamas, nunca saques a nadie de un auto impactado. Aproximadamente el 25 por ciento de las personas que quedan paralíticas luego de sufrir un accidente, quedaron en este estado porque algún buen intencionado los arrastró fuera del asiento.

A pesar de la recurrencia en las películas de acción, hay muy pocas posibilidades de que un auto accidentado pueda explotar. Si explota, es en el momento del impacto. El humo que se ve generalmente procede del radiador o de las bolsas de aire.

Si la persona accidentada está sangrando profusamente, presiona directamente sobre la herida sin moverlo.

[b]Siempre usa un casco[/b]

Incluso después de un accidente. Si te lesionas la cabeza o el cuello durante una caída y tienes aunque sea un pequeño problema para mover tus brazos o piernas, no te quites el casco. Muchos hombres se dañan la médula espinal al tirar del casco después de haberse accidentado.

[b]Ve directamente a la sala de emergencia[/b]

Algunas personas esperan mucho tiempo para llamar a una ambulancia después de sentir dolor en el pecho. En un infarto, por cada minuto que pasa mueren músculos cardíacos. Lo recomendable es acudir a la sala de emergencia antes de que trascurran cinco minutos de haberse iniciado el dolor. En lo que llega la ambulancia, chupa dos aspirinas infantiles para que el agente anticoagulante del ácido acetilsalicílico alcance el torrente sanguíneo a gran velocidad.

[b]SIGUE RESPIRANDO[/b]

[b]Entretención para la familia[/b]

– Si te atragantas en el restaurante o en el comedor de tu casa, no corras al baño para evitar el embarazo de asfixiarte en público. Por gesto de buena educación, podrías morir aislado sin molestar a los demás comensales. Si no puedes hablar o respirar, que alguien te haga la maniobra de Heimlich, o hazla tu mismo pegando tu estómago en el respaldar de una silla.

– Si no puedes hablar, desatórate dándote palmadas en la espalda.

[b]Sobreviviendo a la deshidratación[/b]

Si te quedas sin agua, para evitar morir, no hables y respira por la nariz. Esto impedirá que la saliva se evapore. No te quites la ropa: si puedes atrapar el sudor contra la piel, ahorraras aproximadamente un galón de agua cada día.

No fumes, no tomes bebidas alcohólicas, ni comas nada. Morir de hambre toma varías semanas; la deshidratación mata en sólo unos días.

Asegura que te encuentren vivo

Si llamas una ambulancia, ofrece una referencia bien conocida en tu área al operador de la línea de emergencia. Envía a un familiar al frente de la casa a que haga señales a todo vehículo de la policía o ambulancia que cruce por la calle.

Durante la noche, usa una linterna, luz de flash o fogata para llamar la atención de los rescatistas.

[b]ROMPIENDO EL CIRCUITO[/b]

[b]Evita los charcos[/b]

– No agarres el secador de pelo mientras caminas descalzo por el piso del baño: los misterios de la conductividad pueden convertirte en un interruptor de más de un metro.

[b]Haz cortocircuito[/b]

Antes de que te mate, una línea eléctrica caída –o un serio voltaje de cualquier fuente– puede enviarte un sutil aviso: una sensación de vibración, como una cosquilla en las piernas. Deja de moverte inmediatamente, rompe el circuito levantando un pie del suelo. Luego salta lejos con la otra pierna.

[b]NADA, NO TE HUNDAS[/b]

[b]Corta el cable[/b]

Los afligidos padres de los niños que mueren ahogados en piscinas privadas se justifican ante los paramédicos con la misma respuesta: “sólo entré a la casa por 30 segundos para contestar el teléfono”.

Si tienes niños pequeños compra un teléfono inalámbrico o deja que el contestador automático tome la llamada.

[b]Nada hacia tierra e un ángulo de 45 grados[/b]

Serás capaz de esquivar la corriente eficientemente a este ángulo. Si nadas directamente hacia la tierra, la fuerza de la corriente puede llevarte muy lejos.

[b]Flotar es mejor[/b]

Nada va más rápido al fondo que un nadador cansado. Mejor haz esto: mientras flotas sobre tu estómago, dóblate como si fueras un balón y enlaza las manos por debajo de las rodillas. Cuando necesites aire, suavemente levanta la cabeza y tómalo; después, baja la cabeza y sigue descansando. Esta posición te permite conservar el calor y la energía del cuerpo.

Men’s health

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