La Habana, galería del arte de vanguardia

La Habana, galería del arte de vanguardia

EFE. REPORTAJES. La capital cubana se ha convertido en una sugerente galería de la plástica contemporánea gracias a su XI Bienal de Arte, que ha abierto su oferta a calles y plazas y ocupado concurridos espacios de la ciudad como su emblemático Malecón.

Instalaciones al aire libre, polémicas y atrevidas “performances”, proyectos colectivos, exposiciones individuales, trabajos murales, “graffitis” y espacios teóricos conviven en la capital cubana hasta el 11 de junio, en un evento que reúne a más de 180 artistas procedentes de 43 países de todo el mundo.

La diversidad de tendencias y soportes, la “ocupación” de espacios públicos o el ánimo de interactuar con el espectador son algunas de las apuestas del principal escaparate artístico que se celebra en Cuba y que este año ha reunido también a destacadas figuras internacionales como el austríaco Hermann Nitsch; la serbia Marina Abramovic; la pareja ruso-estadounidense de Ilya y Emilia Kabakov y el polifacético artista mexicano Gabriel Orozco. Sin renunciar a su vocación latinoamericana, la bienal habanera ha dado espacio también a creadores de continentes como África o Asia en una edición donde Estados Unidos está muy presente no solo por las creaciones de artistas de ese país sino por la visible presencia de gran número de “turistas culturales” norteamericanos que estos días se pasean por la capital cubana con motivo de este evento.

Las calles como museos. Un grupo de turistas se fotografía en un gran espejo de 16 metros frente al mar mientras varios cubanos charlan en un curioso banco sinuoso. Más adelante, otros reflexionan frente a una valla que parece haber sido horadada por un avión cerca de una gran maceta que forma una singular atalaya marítima. Otros observan curiosos dieciséis pares de orejas metálicas colocadas a los lados de un mástil. Son algunas de las “sorpresas” que depara “Detrás del muro”, un proyecto colectivo programado dentro de la Bienal que ha convertido estos días al famoso Malecón en un interesante museo vanguardista al aire libre que invita al paseo pero también a la reflexión.

Y es que muchas de estas obras contienen algún tipo de mensaje social y sugieren paralelismos con la realidad cubana. Por ejemplo, en “Fly away” (Volar lejos) del joven Arles del Río, la silueta de un avión que ha traspasado un panel de reja metálica invita a pensar en la huida, en viajes de ida y vuelta o en la superación de limitaciones.

También es el caso de “Bancontodos”, ese asiento en forma de gran “s” que ofrece un lugar de encuentro para todos los cubanos, los de dentro y fuera de la isla, según explica su creador, Inti Hernández.

En conjunto, “Detrás del muro” quiere rendir homenaje al Malecón habanero que, según los organizadores de la muestra, es el “lugar más democrático de Cuba” y escenario habitual de las alegrías, tristezas, decepciones, amores y desamores de los habitantes de una ciudad en permanente diálogo con el mar. La “vorágine” plástica de la Bienal ha “invadido” también edificios y muros de la ciudad que exhiben desde “grafittis” hasta curiosas creaciones como un ejército de 600 de hormigas gigantes que parecen devorar un inmueble en el céntrico Paseo del Prado.

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Las calles como museos

Un grupo de turistas se fotografía en un gran espejo de 16 metros frente al mar mientras varios cubanos charlan en un curioso banco sinuoso. Más adelante, otros reflexionan frente a una valla que parece haber sido horadada por un avión cerca de una gran maceta que forma una singular atalaya marítima. Otros observan curiosos dieciséis pares de orejas metálicas colocadas a los lados de un mástil.

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