La higiene bucal y la ortodoncia

La higiene bucal y la ortodoncia

POR ARABELLA MICHELÉN DE DOMÍNGUEZ
Los aparatos de ortodoncia, en si mismos no provocan ninguna clase de patología dentaria ni periodontal, aunque si pueden desembocar en ella sobre todo si durante el tratamiento no se cuida exquisitamente la higiene. Es importante controlar el nivel de limpieza oral del paciente para evitar estos problemas. Las caries dentales y las manchas provienen de la placa bacteriana, que a su vez se forma a partir de los restos de comida que quedan en los dientes  por lo que hay que ser muy estrictos en el correcto cepillado diario y el control de la placa bacteriana.

Los efectos del tratamiento ortodóntico son visibles en poco tiempo y son muy duraderos, siempre y cuando durante el tratamiento, y al terminarlo, se sigan las pautas establecidas por el profesional, sobre todo, en lo que a higiene bucal corresponde.

Es conveniente que el paciente realice el cepillado cuatro veces al día, después de cada comida y antes de acostarse, que utilice un enjuague diario de flúor, que es una herramienta útil para eliminar la producción de placa después del cepillado y el hilo. Reduce la cantidad de ácido producido por las bacterias. El flúor otorga mayor vigor al esmalte de los dientes, por lo que resulta uno de los métodos más eficaces para prevenir las caries; actúa con los minerales presentes en la saliva, reparando y endureciendo el esmalte en los primeros estadíos de la caries.

Para la limpieza interdental hay un hilo dental que ayuda a eliminar la placa que se acumula en aquellas zonas a las que no alcanza el cepillo. El hilo dental o seda se puede utilizar con el enhebrador. Se enhebra el hilo o seda luego se mete entre el diente y el arco. Sacar el enhebrador y dejar la seda. Tener cuidado de no profundizarla mucho para no lastimar la encía. La superseda es un hilo especial que elimina el uso del enhebrador porque trae una parte rígida en un extremo que facilita la inserción del hilo en el espacio que se va a limpiar.

Nadie duda que la remoción mecánica de la placa bacteriana mediante el cepillado es un punto fundamental en el mantenimiento de una correcta salud bucodental. Pero en cambio, no hay tanta unanimidad cuando se trata de escoger el método para llevarlo a cabo: cepillado manual o cepillado eléctrico.

Para facilitar esta limpieza bucal manual, existen cepillos de dientes específicos para la ortodoncia. Estos suelen tener los filamentos recortados y en forma de uve, con el fin de limpiar correctamente tanto por encima como por debajo de los brackets y el cepillo interproximal ayuda a la remoción de la placa en las zonas menos accesibles. Se coloca la parte de la punta entre el alambre y los dientes para que las cerdas entren a la parte del frente de los dientes y que sirva para estimular las encías. Este cepillo no reemplaza el hilo dental.

Desde la década de 1960, en el World Workshop in periodontics, se destacó que los cepillos eléctricos permitían una mejor limpieza de los dientes, especialmente en aquellas personas pocos motivadas o con dificultades para realizar una correcta técnica de cepillado. Con el curso de los años y aplicación de los avances científicos–técnicos, en esta importante parte de la odontología, no han dejado de desarrollarse variedades de cepillos dentales que van desde lo mas elementales hasta los que permiten mediante suaves pulsaciones de frecuencia sónica y oscilaciones ultrarrápidas lograr la más completa remoción de la placa, desprendiéndola, sin causar lesión gingival, siendo los más eficientes los que emplean tecnología oscilante rotacional.

*La doctora Michelén de Domínguez es directora de Odontología Dominicana (ODONTO-DOM).

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