Cuando se es padre o madre por primera vez, higienizar al bebé puede ser una experiencia difícil. No saber sostener el cuerpecito de la criatura o desconocer, por ejemplo, la frecuencia con que debe asearse, los productos a utilizar o la temperatura ideal del agua, son algunos de los inconvenientes que enfrentan los nuevos padres.
Pero no es de extrañar: les pasa a todos. Por eso ¡Vivir! les proporciona algunos consejos que les ayudarán en esta nueva tarea. Aunque no caminen ni estén expuestos al exterior con frecuencia, los niños también se ensucian y son más sensibles a la exposición a bacterias, por lo que nunca debe descuidarse con su higiene corporal.
Antes de comenzar, asegúrese de tener todos los utensilios y productos al alcance, y así esto resultará más fácil. Cierre las puertas y ventanas del área donde bañará al bebé para evitar que entre aire y la criatura sienta mucho frío. Tenga a mano toallas, jabón indicado por el pediatra, toallas, peine, champú para bebé, pañales, etc.
Recién nacidos, paso por paso
En los primeros días de nacidos, los bebés no necesitan ser sumergidos en agua. Con una toallita de algodón húmeda bastará. Según el portal de Internet DrRondonPediatra.com, el primer baño completo del bebé debe hacerse cuando éste haya perdido su cordón umbilical.
En este caso, el agua debe estar tibia, pero nunca superar los 30 grados. Una vez retirado el pañal. Límpiele la cara y las orejas con algodón húmedo. Luego, tómelo con el brazo derecho de la misma forma en sostiene una pelota o un cuaderno. Introdúzcalo en la bañera y lave su cabeza con champú. Enjuague y seque.
Después proceda a lavar el pecho, los brazos, las manos, las piernas y los pies, en el mismo orden en que los mencionamos. Para esto puede utilizar una esponja o simplemente las manos. Terminada esta parte, gírelo para lavar la espalda y el trasero, sosteniendo siempre con el brazo derecho, como indicamos anteriormente.
Con la mano libre, enjuague todo el cuerpo. Con cuidado, levántelo y cúbralo con una toalla. Si no tiene mucho dominio, puede colocar la toalla abierta sobre una superficie lisa que esté cercana, acostar el bebé sobre ella y luego envolverlo con la toalla. Procure secarlo bien, para que no sienta frío.
¡Cuidado! Además de aprender a sostenerlo para el baño, hay otras cosas importantes que debe tomar en cuenta: 1) Bajo ninguna circunstancia debe dejar el bebé solo en la bañera; 2) No es recomendable utilizar talcos o colonias, y menos en los primeros meses de vida del niño, porque pueden provocar alergias; 3) El bañito debe ser colocada a su altura, para más comodidad y evitar caídas; 4) Debe limpiar muy bien las áreas entre pliegues, como debajo del cuello y la entrepierna.
Las partes íntimas
No hay necesidad para introducir los dedos entre los labios vulvares de una niña. De hacerlo usted podría estar contribuyendo a que se extiendan bacterias de los intestinos hacia la vagina. Limítese a lavar las partes más externas.
En el caso de los varoncitos, tampoco debe tirar de la piel de su prepucio para limpiarlo, pues al ser una piel muy fina y delicada podría causarle daños.
La costra láctea
La costra láctea también es un tema que inquieta a muchos padres. Es una dermatitis seborreica que aparece en forma de escamas amarillas en el cuero cabelludo de los pequeños y, en ocasiones, en los párpados, nariz y orejas. Se dice erróneamente que en estas costras no se deben quitar, sin embargo, sí, pero con ligeros masajes con las yemas de los dedos o con un cepillo suave. Debe evitarse rascarla, pues con ello podría alterarse más la zona.
Si la costra persiste por mucho tiempo o la picazón hace que el bebé se rasque mucho en la zona irritada, consulte al pediatra.