Cuando se habla  de enfermedades y prevención en sectores  empobrecidos,  inmediatamente nos vienen a la mente patologías  como: el dengue, las enfermedades de trasmisión sexual (ETS),  principalmente  el virus del sida o epidemias relacionadas con el hacinamiento, ignorando males tan dañinos como la hipertensión.

Sin embargo, según un equipo de especialistas encabezado por el doctor Pedro Ureña, cardiólogo; la doctora Mayna Fabián y el doctor Eddy Pérez Then, quien es  jefe de Investigación Científica, las enfermedades cardiovasculares como la  hipertensión arterial, mejor conocida como presión alta, marchan a la cabeza en  las estadísticas levantadas en residentes de sectores marginados.

Según nos explicó el doctor Ureña, se trata de la primera investigación de este tipo, la cual ha sido denominada “Factores de riesgos cardiovasculares en una población de bajos ingresos en la República Dominicana” y fue presentada por la doctora Mayna Fabián en la Primera Jornada de Investigación Científica en Salud Doctor Juan Manuel Taveras Rodríguez.

El doctor Ureña negó  la idea generalizada  de que las enfermedades cardivasculares solo se presentan en personas con cierto nivel elevado de vida, por el tema de que pueden ingerir cualquier alimento, sobre todo grasas saturadas  “esta es una teoría empírica que nunca se ha comprobado”, advierte.

Lo que sí está probado -para  sorpresa de los galenos- es la gran cantidad de gente  que padece hipertensión. Y es que de trescientos pacientes que se tomaron al azar para realizar este estudio, en  una población relativamente joven de entre 30 y 50 años, casi 40%  resultó hipertenso, otros con el colesterol alto y un alto porcentaje de obesidad.

“Desde 40% que se le midió la presión, la gran mayoría  no se estaba sometiendo a los controles de lugar”.

A juicio del especialista, el problema aquí no es sólo la incidencia de la enfermedad en esta población, sino también el hecho de que no se están sometiendo al  tratamiento requerido y una de las limitaciones es la falta de recursos económicos. Lo que se traduce en que la enfermedad sea cada vez más agresiva y que cuando el paciente acuda al médico el tratamiento sea más costoso.

Este estudio se realizó durante un mes de trabajo de campo, y el objetivo principal es promover la prevención de la hipertensión, puesto que según nos explica el doctor Ureña, cuando el paciente llega a buscar  ayuda, por lo regular ya la enfermedad está en su peor momento.

“Los costos para tratar un paciente en esta etapa son muy elevados, cuando es algo que se pudo controlar con unos cuantos centavos”, destacó.

Con este estudio se pretende crear conciencia sobre esta enfermedad.