La histeria como la gran protagonista de la historia dominicana

La histeria como la gran protagonista de la historia dominicana

Creo, a la luz de lo que ocurre hoy en nuestro país, que la escuela dominicana debe enseñar a leer y a reflexionar sobre el Tratado sobre la Tolerancia, de Voltaire.
Pienso que esta sociedad permanece anclada en el siglo XVIII, tal como lo dice Pedro Henríquez Ureña en su ensayo, “La sociedad patriarcal de las Antillas” donde comienza a explicar que: “Digo siempre a mis amigos que nací en el siglo XVIII.”
Según veo, conservando las distancias, también yo podría decir lo mismo, o casi.
La sociedad dominicana ha pasado del siglo señalado al siglo veintiuno respecto al desarrollo tecnológico, pero en lo relativo a las ideas y a las concepciones del mundo permanecemos en los inicios del siglo que señala nuestro gran humanista.
¡Ciertamente esto es lamentable y se revela en las muestras de intolerancia de que hace gala en los últimos días, casi toda la opinión pública!
Vivimos en un tiempo anterior al desarrollo de la Ilustración.
Aquí no hay debate de ideas con apertura mental. No se escucha, ni se lee serenamente el argumento del otro. Se lo insulta y se ataca la vida privada y personal del adversario. ¿Y qué nos muestra esta actitud? Con ello se reconoce que no hay argumentos racionales para argumentar la defensa de una posición.
Y como no hay argumentos serios, o no se saben exponer, se insulta, se demoniza, se crea un estado de histeria colectiva que era lo que reinaba en los tiempos de la Inquisción. Entonces el chisme de una comadre contra un vecino despertaba los más bajos sentimientos de la plebe y por aclamación, sin pruebas ni un juicio oral, público y contradictorio, se condenaba al infeliz a la muerte en la hoguera.
Hablar hoy de nacionalismo en los tiempos de la globalización de los mercados financieros es pura ceguera, cuando los contenidos extranjeros son los que prevalecen en nuestros mass-media.
Estos grandes patriotas no quieren recordar que la UNESCO ha declarado como Patrimonio Intengible de la Humanidad, preciosamente a esta manifestación cultural de los Cocolos que se asentaron en el siglo XIX en Samaná y en todo el Este del país, traídos como semi esclavos por los ingenios que los explotaban y utilizaban como si no fueran seres humanos.
Veo a muchos “cristianos” que no tienen misericordia con sus semejantes desheredados de la fortuna. Esto si hace en el curso del Año Santo que tiene por lema el tema de la misericordia.
Estimo que todo lo que acontece revela, lo que decía al inicio, ausencia de método e incapacidad de conceptualizar los propios sentmientos y emociones, además, que todo esto ya ha sucedido anteriormente entre nosotros, así se expulsó a Fray Antón de Montesinos y al Padre Las Casas. Igualmente se denunció y repudió a Hostos como anarquista y ateo y acontece ahora, al dar continuidad a una enraizada tradición histórica nuestra.

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