Hoy meditaremos en la historia de José y sus hermanos la cual se relata en el libro de Génesis, capítulos 37 al 50, en el Antiguo Testamento de la Biblia.
Recordamos que José era uno de los doce hijos de Jacob, y su historia es una de las más conocidas y conmovedoras de la Biblia.
José del antiguo testamento, aquél que fue vendido por sus hermanos (celosos de él debido a los sueños proféticos que tenía y a quien por poco le mataban, pero demostró una gran fe y fidelidad a Dios, lo que finalmente lo llevó a convertirse en un hombre de gran poder en Egipto. Por providencia divina llegó a ser el 2do en mando, y en lugar de haberlos destruído, los libró y salvó por el ejercicio interior de perdón que tuvo.
Se dice muy rápido pero no debió ser fácil lo que pudo haber sentido en ese proceso: Cuando fue despreciado, atacado y abandonado por ellos el rechazo tuvo que haber sido muy doloroso, pero en el silencio de ese aislamiento se afianzó en Dios, sintió su protección y colaboró con El dándose a sí mismo en su mejor versión.
En definitiva, no se detuvo a cuestionarse, ni reclamar a Dios los sinsabores que pasó. Tampoco permitió que el resentimiento hacia sus hermanos se anidara en él. Se sobrepuso, miró hacia adelante, dio lo mejor de sí, y estando en el poder, se encontró de nuevo con ellos, y les socorrió y ayudó en su necesidad.
Esta hermosa reflexión sobre la historia de José es inspiradora y aleccionadora sobre la importancia de la fe en Dios, de ver su accionar en medio de los reveses de nuestras vidas y el gran poder del perdón, también constatar que cuando Dios elige a alguien para una misión especial, lo usa en todas las circunstancias que Él necesita (vimos en la vida de José que hasta en la cárcel se sirvió de él). Todo pasa por algo. Dios se glorifica en formas insospechadas.