La historia de Stormy sobre el PRD

La historia de Stormy sobre el PRD

A pesar de ser un partido de 75 años de fundado, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) cuenta con poca historia escrita. Ha sido más tema para ensayos que material para historiadores, con todo y que es una de las fuerzas políticas de mayor durabilidad en América Latina y ser, además, el principal contribuyente al proceso democrático de la República Dominicana.

El libro recién publicado por Stormy Reynoso Sicard, “Así nació la democracia dominicana. 30 de mayo 1961-18 enero 1962”, es una respuesta parcial pero importantísima a esa ausencia de historia perredeísta. Es el comienzo de la narración cronológica de la historia del PRD en la República Dominicana. Un texto interesante, bien estructurado, evocador de hechos y situaciones olvidadas por el tiempo transcurrido y, además, revelador de la fortaleza de una organización política que los vaivenes y los errores de sus líderes no han podido hundir.

La historia del PRD tiene dos grandes divisiones. La historia del exilio, que data desde su fundación – en 1939 – hasta el ajusticiamiento del tirano Rafael L. Trujillo Molina, y la historia del PRD en suelo dominicano. De esta última es que se ocupa el libro de don Stormy Reynoso Sicard.

Aunque Stormy narra una historia que le es cercana y conocida, por su condición de militante perredeísta desde que el PRD llegó al país, su cronología está minuciosamente avalada por los periódicos de la época, por entrevistas a los actores y por documentos de los archivos norteamericanos.

El autor de “Así nació la democracia dominicana” nos lleva de la mano con una cronología de relojero y nos dice, rápidamente, que cuando Trujillo fue ajusticiado el PRD tenía nueve seccionales, cada una con su dirección política: La Habana y Guantánamo, en Cuba; San Juan y Mayagüez, en Puerto Rico; Nueva York, en Estados Unidos; Caracas, en Venezuela, y en Aruba y Curazao. En representación de estas seccionales, el Comité Político del partido convocó a una reunión urgente para el 7 de junio de 1961, una semana después de la muerte del tirano, en el local del Instituto Internacional de Estudios Políticos y Sociales. Esta convocatoria fue hecha por el secretario general del PRD, profesor Ángel Miolán, en coordinación con el presidente del partido, el profesor Juan Bosch. Es interesante saber que a esta reunión también fueron convocados Sacha Volman, quien era delegado de grupos liberales norteamericanos en el Instituto, el director de éste, el sacerdote Benjamín Núñez; Luis Alberto Monge, un representante del venezolano Partido Acción Democrática y otro del Partido de Liberación Nacional de Costa Rica. Pero en el encuentro también participaron Nicolás Silfa, de la seccional de Nueva York, y Ramón A. Castillo, de la seccional San Juan, Puerto Rico.

Según nos cuenta Stormy, la agenda de esa reunión estaba centrada en conocer, analizar, evaluar y tomar decisiones sobre la nueva situación política de la República Dominicana. Los participantes aprobaron un documento que el libro consigna in extenso y cuya decisión principal fue solicitar al Gobierno dominicano varias condiciones para hacer posible la presencia de los dirigentes del PRD en el país. El objetivo era, según el escrito, “movilizar al pueblo a favor de la democratización”. Esta decisión sería comunicada al partido Vanguardia Revolucionaria Dominicana, organización que había suscrito una Alianza Democrática con el PRD.

Los acuerdos, consigna Stormy, contaron con el visto bueno de don José Figueres y el presentante de Rómulo Betancourt, Luis Alejandro López. Estos, observa, no escondieron su preocupación por el retorno a la República Dominicana de los dirigentes perredeístas, pues todavía todo el aparato de Trujillo y sus personajes seguían dirigiendo el país.

Horacio Julio Ornes, el presidente de Vanguardia Revolucionaria Dominicana, llegó a Costa Rica en respuesta a la convocatoria que le hizo su partido aliado, el PRD. Figueres, Bosch y el representante de Betancourt celebraron varias reuniones con Ornes, pero al final solo pudo lograrse que Vanguardia dejara en libertad al PRD para adoptar el plan acordado en la reunión del 7 de junio. La decisión fue tomada el 13 de junio, en el hotel Europa de la ciudad de San José.

Inmediatamente, el mismo día, la maquinaria al servicio del PRD en Costa Rica comunicó al presidente Joaquín Balaguer y a la OEA su decisión de enviar una comisión de políticos a Santo Domingo, siempre que sus condiciones fueran satisfechas por el Gobierno dominicano. También se dio a conocer la decisión a la opinión pública a través de una rueda de prensa.

El día 14 de junio, el representante de la OEA en Santo Domingo comunica a Bosch la disposición de Balaguer de recibir una delegación del PRD para discutir los pormenores de su retorno al país. El mismo día, en la noche, Balaguer envió un mensaje similar a Bosch, Miolán, Castillo y Silfa. (continuará).

 

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