Al cumplirse el pasado 3 de septiembre 78 años del devastador ciclón San Zenón, Magino y el viejito vagabundo de la sección Coctelera de este diario se refirieron a la temporada ciclónica, lo que evidentemente motivó a Candelario Martínez, de 83 años de edad, a llamar por teléfono para decir que es un fiel lector de estas páginas y también parte de la historia como sobreviviente de aquella catástrofe que casi destruyó el país.
Su llamada no era para la sección ¡Vivir! pero se la transfirieron como muchas otras para acá, y sin saber dónde había caído, nos manifestó su interés en hablar con la persona que escribía la Coctelera. Le dijimos que no estaba, que cómo podíamos ayudarle, e inmediatamente empezó a contarnos su historia.
Interesados en conocer de manera más acabada sus vivencias de entonces, a pesar de que cuando ocurrió solo tenía cinco años, decidimos entrevistar a Candelario, para lo cual le visitamos en su residencia del ensanche Los Prados, donde nos recibió junto a su amada esposa Ana Argentina, con quien lleva 60 años de casado.
Mamita, ella es la periodista que viene a entrevistarnos -dijo, a lo que ella respondió: Sí, papito, qué bueno.
Inmediatamente Candelario empezó a narrar lo que él y su familia vivieron en aquella época, siendo interrumpido de vez en cuando por Ana Argentina, quien repetía que ella le había enseñado a cocinar, porque era operada del corazón y el médico le había prohibido esa tarea. Candelario le decía que no le interrumpiera, pero lo hacía con tanta dulzura y delicadeza como si fuera a una niña.
Allí me sentí como si fuera una pariente de los tortolitos ochentosos quienes en cada momento mostraban su amor, y ¡qué amor! Después de seis décadas parece que sigue como el primer día.
Ana Argentina Conde nos contó repetidamente cómo conoció a Candelario cuando aún brincaba cuerdas y andaba descalza, pero que su madre se dio cuenta de que estaba enamorada cuando un día lo alcanzó a ver y corrió a ponerse zapatos.
Son el uno para el otro. De hecho, ella fue su primera y única novia – y por supuesto, esposa- y él también fue su único novio y esposo.
Ella es muy tierna, tanto que mientras él nos narraba cómo sobrevivió al ciclón San Zenón, nos daba uno que otro abrazo, al tiempo que volvía a referir su enfermedad cardíaca, que le había enseñado a cocinar a Candelario y que por cierto lo hacía muy bien.
Me mostraron fotografías de sus hijas: Leonora, Doralina y Patricia, quienes le han dado tres nietas, un nieto y una biznieta, y también de sus padres, hermanos y demás familiares.
Cuenta Candelario que para 1930 su familia vivía en la calle Pina de la Zona Colonial. Increíblemente hasta de lo que cocinaron ese día en su casa se acuerda: un moro de guandules.
Su papá, Candelario Martínez, quien en principio era el barbero de Rafael Leonidas Trujillo, posteriormente ingresó al Cuerpo Militar del Ejército Nacional. Candelario Martínez hijo dijo que su padre salió corriendo con él y sus tres hermanos: Sarah y Pablo Antonio de 6 y 4 años y la mayor, Leonor, quien para entonces era estudiante de término de Medicina con 25 años de edad.
Recuerdo que en medio de ese ciclón empezaron a volar las hojas de zinc y una me alcanzó en la cabeza y me hizo una herida de la que sufrí durante mucho tiempo. Yo estoy vivo de milagro, porque si no hubiese sido porque mi hermana médico me llevaba a curarme diariamente, hoy no lo estuviera contando.
Hoy día, 78 años después de aquel terrible momento que Candelario recuerda con tanta precisión, se siente satisfecho de ser un sobreviviente para contarlo.
Concluimos esta entrevista riendo hasta más no poder, porque Candelario, una persona muy amena, tomó un pequeño piano de viento y nos interpretó una y otra vez Las mañanitas y la Novena Sinfonía de Bethoven, con la que dice quiere partir de este mundo hasta su última morada.
El protagonista
Candelario Martínez
Sobreviviente del ciclón San Zenón
78 años después nos cuenta su historia
Orgulloso de contar sus vivencias
Nació en 1925. Está casado desde hace 60 años con Ana Argentina Conde Ramírez, con quien procreó tres hijas. Es egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UASD. Duró 31 años como empleado del Banco de Reservas y tiene igual cantidad de años de jubilado. Hoy día su gran satisfacción es contar cómo transcurrieron aquellos años durante y después del ciclón San Zenón, así como servir de guía de su esposa a quien mima cual si fuera su niña pequeña y también a sus nietos y biznietos.
Zoom
Candelario y Ana Argentina
Símbolos de amor eterno
Tienen 83 años, con una diferencia solo de seis meses entre ellos. Da gusto ver cómo se tratan. Viven recordando el día que se conocieron y cuando despertó en ellos el hermoso sentimiento del amor. Cuenta ella, que su madre se dio cuenta de que estaba enamorada de Calendario, porque una tarde siendo una adolescente estaba jugando frente a su casa y cuando lo vio corrió a ponerse zapatos y a arreglarse. No se cansan de mencionar momentos de sus vidas. A su edad es él quien lleva las riendas de la casa: cocina, hace la compra del supermercado, toma el teléfono y pone la merienda de su biznieta. Candelario es un hombre muy vivaz, apasionado de la lectura, aficionado a la pintura, de la que incluso nos presentó algunos trabajos hechos por él en su tiempo libre.