La historia del queso

La historia del queso

No se sabe exactamente dónde ni cómo comenzó la elaboración del primer queso, pero hay muchas historias y leyendas sobre el origen del mismo.
Si recorremos un poco la historia del queso, vemos que según la mitología griega, fueron los dioses del Olimpo quienes enseñaron a los humanos a elaborar el queso, pero esto no se sostiene para nada.

Algo más verosímil es la leyenda árabe en la que nos dice que un pastor nómada se quedó sin recipiente para transportar la leche, entonces se le ocurrió matar un cabrito y utilizar su estómago como odre.

A consecuencia del calor durante el camino de vuelta, la leche se tornó sólida y de esta manera aprendieron a elaborar queso. Sea como fuere, se aprendió a hacerlo y así nosotros disfrutamos de este manjar.

Ya los romanos eran unos grandes consumidores de queso, su tendencia hacia el queso de cabra era notoria, incluso se condimentaban con especias o pimienta. Ellos fueron entonces los culpables de la expansión de las técnicas de elaboración del queso.

 En el siglo XX el sector quesero experimentó una notable modernización gracias a los descubrimientos en el campo de la bacteriología, la química y la técnica, pero hay que destacar que el toque artesanal hoy en día no se ha perdido.

España es protagonista dentro del mundo del queso. Cuenta ya con 14 Denominaciones de Origen dentro de la Unión Europea.

Para degustar el queso

Siempre nos agrada conocer algo del queso que vamos a probar, creemos que saber algo más sobre él, hará que lo degustemos mejor. Seguimos unos procedimientos para degustar un nuevo queso, por ejemplo, si vamos a probar distintas clases a la vez, debemos utilizar un cuchillo para cada queso, para que así no se mezclen los sabores.

Los disponemos encima de una tabla de madera, tanto por la limpieza como por la comodidad e incluso la vistosidad. Para acompañar los quesos, además del pan o galletitas saladas, también utilizamos frutas como la uva o la manzana.

Para beber, nada mejor que un buen vino Rioja. Siento decir que no podemos continuar y vamos a hacer un alto para comer… queso claro está.

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