La historia dominicana espera por un Presidente

La historia dominicana espera por un Presidente

Un vistazo a nuestra  historia republicana, y no tiene que ser muy penetrante, y fácilmente nos damos cuenta que la República Dominicana espera por un presidente capaz,  que tenga real preocupación por el bienestar del país. Tenemos una cultura de partidos, que no son más que grupos, que por todos los medios buscan el poder,  con un caudillo a la cabeza,  para manejar  el patrimonio público a título personal y sin ningún proyecto de liberación que apunte al avance y al progreso del pueblo dominicano.

Cite nuestros presidentes en orden de sucesión y desde Pedro  Santana hasta Leonel Fernández, encontrará eso: personajes que se instalan  en grupos que tienen proyectos que responden a sus intereses,  independientemente de las reales y legítimas aspiraciones del pueblo.

Joaquín Balaguer fue la escuela, el resumen ilustrado de todos esos vicios de nuestra historia. Conocía el alma dominicana como nadie y utilizó sus conocimientos para construir toda una teoría y un estilo para manejarse desde el poder sobre la base de la corrupción y el crimen. Sus libros, en muchos casos, son una  sugerente apología de su  estilo.

Para las grandes mayorías,  toda nuestra historia ha sido un gran fiasco y una frustración que ha dejado pobreza, inequidad social y un estado de inestabilidad y desequilibrio que nos hace una nación atípica, un país raro, en muchos casos sorprendente e inexplicable,  para quienes nos han estudiado  en busca de comprendernos, y así   tener una visión  de nuestra  realidad.

Este país espera por un Presidente que se sienta citado por la historia, que trabaje para superar nuestras ambivalencias y contradicciones, que crea en la verdad, que crea en  el futuro. Que sienta oprobio y vergüenza cuando personalmente entrega cajitas y funditas miserables, mientras articula desde  una estructura opresiva e inhumana   condiciones socio-económicas  en las que la mayoría de la población  carece de salud, alimentación, educación, ingresos básicos, recreación sana y oportunidades dignas para su realización.

La historia espera por un Presidente que no tenga complejo de mesías, que no se conciba  por encima de nadie, que se compadezca  de los demás y piense que con humildad, respecto y un poco de sentido humano, se puede hacer lo que aquí nunca se ha hecho: Crear un Estado de derecho que garantice igualdad y bienestar para todos, para que este país nunca más tenga presidentes que gobiernen para ellos y sus grupos particulares.

Presidente  Danilo Medina, yo pienso que a pesar de todas las presiones, de todo el peso de una historia aviesa y perversa  que ha arraigado una cultura clientelista,  que forzosamente la han convertido en una pata de la gobernabilidad y la estabilidad política;  independientemente de eso, y otros vicios, presidente  Medina, usted tiene la oportunidad de ser ese necesario Presidente por el que espera la historia dominicana.

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