La historia lo demuestra

La historia lo demuestra

Una simple lectura de la historia muestra, demuestra y enseña que la unión hace la fuerza. Tal es así, las más de las acciones exitosas son el fruto del esfuerzo común de personas, grupos, naciones que unen sus voluntades para perseguir un fin común.

Son tantos los ejemplos de cómo la unión ha logrado resultados exitosos que basta con tomar unos cuantos para ilustrar la afirmación.

Ante las dificultades o imposibilidades temporales o definitivas, hay que buscar, hablar, consensuar con quienes tienen los mismos problemas y quieren, necesitan y están dispuestos a emprender las acciones necesarias, sean cuales sean, para remover el obstáculo.

Basta con imitar la política de Juan Pablo Duarte, ideólogo y Padre de la Patria, quien midió sus fuerzas, sus contactos, su esfera de influencia y ante la necesidad de eliminar el yugo haitiano y lograr la independencia, decidió unir fueras con los postulantes del nacimiento de un país separado de Haití pero con un protectorado de alguna nación Europea o de los Estados Unidos.

Fue preciso que Duarte y los Trinitarios se juntaran con esos pescadores de canonjías para que avanzara el proyecto de Independencia que iluminó el sol del 27 de Febrero de 1844.

Ante el hecho cumplido de la anexión a España se unieron todos aquellos quienes decidieron olvidar rencillas, malos entendidos, diferencias menores y unidos con una meta clara, universal y definitiva, iniciaron la Guerra de la Restauración que consolidó de manera definitiva la independencia nacional.

¿Y cómo se logró la victoria sobre las tropas imperiales de la corona española? deponiendo intereses coyunturales y persiguiendo metas claras y aceptadas por los convocados.

Esa misma unión de voluntades donde se deponen los intereses personales o de grupos, fue la que logró la desocupación de las tropas invasoras yanquis en 1924.

La desunión, las ambiciones desmedidas, las actitudes de perdonavidas, la soberbia que se adquiere en el poder cegó a Horacio Vásquez y a muchos de sus seguidores más cercanos quienes, contra viento mareas y en un lamentable ejercicio de insensatez, rompieron el hilo de la historia y facilitaron la toma del poder a Trujillo y a un grupo de ambiciosos, corruptos y sagaces colaboradores que se alzaron con el santo y la limosna, durante 31 años.

Se requiere de una gran dosis de comprensión, inteligencia, sagacidad, claridad de metas y un trabajo tesonero, inmancable, permanente, sin sesteos, sin descansos, sin desvíos, puesto que no basta con querer, hay que trabajar para tener éxito.

Lo que persigue La Convergencia es, precisamente, unirnos a quienes entendemos que la nación está en camino de la consolidación de una dictadura donde una bandada de cuervos intenta comerse la libertad, la democracia, el respeto a los derechos humanos.

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