Políticos ambiciosos en armonía con intereses bastardos y el apoyo de un extremismo clerical dieron un zarpazo temprano al renacer de la democracia tras el ajusticiamiento del dictador Trujillo. El golpe de Estado de 1963 contra el Gobierno libremente electo del profesor Juan Bosch, de avanzadas ideas sociales, fue respondido dos años después por un aguerrido sector del pueblo que junto a heroicos militares se lanzó a reponer el orden constitucional, luchando incluso contra fuerzas invasoras. Objetivo no logrado en lo inmediato pero dándose inicio a un proceso unificador de voluntades para conducir a la nación, con sus altas y sus bajas, a un Estado de libertad y orden en el que solo el pueblo decida su destino.
Cincuenta y un años después de la contienda, la historia reivindica a quienes se sublevaron contra un régimen de facto. Las gestas que hicieron posible la independencia, luego la restauración y después la defensa en armas de la Constitución, dejan una herencia de compromisos para fortalecer instituciones que propicien el avance de este pueblo hacia mejores condiciones materiales y morales. Aplicando una democracia real y no de pacotilla; con equidad al convocar al voto y equilibrio en el ejercicio del poder. Sin abusos ni privilegios. Sin corrupción y sin impunidades. Con reglas electorales claras y efectivas, que tanta falta hacen todavía, y un sentido de pleno respeto a las divergencias.

Pedernales sin pito y sin flauta

Muchos pedernalenses vegetan sin medios de vida en medio del “paraíso” de los encantos y riquezas sin explotar que les aporta la naturaleza. Los han puesto a esperar; pero no el maná ni la piedra filosofal sino la oportunidad de trabajar. A la mayor pobreza provincial del país le han puesto en sus expectativas una promesa de éxito mayor: un boon turístico a base de hoteles y otras infraestructuras para visitantes que dinamicen su economía.
Pero en lo que eso llega el presente empeora. No hay bauxita en función y sin minería las opciones de empleo, que siempre han sido escasas, se extinguen por completo. Pedernales necesita con urgencia una inyección de recursos para su transición a la abundancia prometida. El pronto inicio de obras públicas menores y mayor asistencia social para su gran masa pobre.