La homosexualidad con rostro indígena es aún tabú en Bolivia

La homosexualidad con rostro indígena es aún tabú en Bolivia

La Paz. La homosexualidad es aún un tema tabú en las comunidades indígenas bolivianas en las que, por lo general, se castiga o persigue a quienes tienen opciones sexuales distintas o se evita del todo hablar del tema, según una investigación del escritor y periodista Edson Hurtado.

Los resultados del estudio están en el libro “Indígenas Homosexuales. Un acercamiento a la cosmovisión sobre diversidades sexuales de siete pueblos originarios del Estado Plurinacional de Bolivia”, escrito por Hurtado y que será presentado mañana en La Paz.

“La homosexualidad es un tema tabú no sólo en comunidades indígenas, sino también en áreas urbanas (…). Pero creo que en el área rural, en muchas comunidades indígenas, aún se generan mecanismos de represión, violencia y persecución a quienes son diferentes e incluso a quienes tocan el tema o pretenden reivindicarlo”, sostuvo Hurtado, en declaraciones a Efe.

El escritor se planteó la investigación como una continuación de su libro “Ser gay en tiempos de Evo”, publicado en 2011, en el que presentó, en 133 historias, una visión crítica a la diversidad sexual en Bolivia.

Además, tras esa publicación y al ver que “poco o nada se ha escrito” sobre indígenas homosexuales, el autor decidió profundizar esa temática y, para ello, logró el apoyo de la organización Conexión Fondo de Emancipación y del Colectivo Rebeldía.   “Como periodista y escritor, creo que mi único objetivo es contar buenas historias. Por eso me embarqué en esta investigación.

Ya había escuchado algunos comentarios de compañeros indígenas con diversa orientación sexual e identidad de género, y me dediqué durante unos meses a buscar más datos”, señaló Hurtado.

El periodista comenzó a reunir historias “como piezas de un rompecabezas”, en un recorrido de seis meses que le llevó a más de una docena de comunidades indígenas en las regiones de La Paz y Potosí, en el occidente; la oriental Santa Cruz, la zona sureña del Chaco y el norte amazónico.

En el viaje pudo entrevistarse con una treintena de personas y realizar unas 200 encuestas sobre diversidad sexual y género, e incluyó en su estudio a las etnias de los ayoreos, afrobolivianos, aimaras, guaraníes, moxeños, pacahuaras y quechuas.

El trabajo de Hurtado no ha sido sencillo, pues al ser un asunto que “no se aborda fácilmente”, se topó sobre todo con la resistencia de los líderes indígenas, quienes evitan de plano hablar del tema “o reaccionan negativamente».

Hurtado indicó que, por ejemplo, el “jilakata” (jefe, en aimara) de una comunidad del sur de la región andina de Potosí le expulsó del lugar “solamente por tocar el tema».   Por contra, le sorprendió mucho constatar que en la ciudad norteña de Cobija, fronteriza con Brasil, “las diversidades sexuales son menos agredidas y más respetadas” que en el resto del país, por lo que concluyó que en tierras bajas se puede hablar con mayor libertad que en el altiplano.

El libro incluye siete historias en formato de crónica, entre ellas la de “La Madonna de Sorata”, una transexual que emigró a El Alto, ciudad vecina de La Paz, y que murió con 21 años, víctima de la inseguridad ciudadana “justo en el momento en el que ella, delicada mariposa aimara, desplegaba sus alas».

Una de las historias que más le impactó fue la que conoció en San Ignacio de Moxos, en el oriente boliviano, “sobre todo por la interpretación que hicieron en el pueblo de un tema como la transexualidad, y de cómo nacen las leyendas en la Amazonía boliviana, a partir de esta clase de hechos”, indicó.

El escritor se siente “satisfecho” por el trabajo logrado y expresó su deseo de que sea “un aporte” al debate y que impulse la socialización de las normas contra la discriminación de los colectivos bolivianos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT).

Si bien la ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación aprobada por el Gobierno boliviano en 2010 es “una herramienta valiosísima”, hace falta difundirla de una forma más efectiva, sobre todo en las áreas rurales del país, añadió.   “El proceso de cambio que vivimos en Bolivia va encaminado a lograr el verdadero respeto e inclusión de todas y todos. Pero acabar con la homo/lesbo/transfobia es un trabajo muy grande”, dijo.

En esa tarea deben involucrase la sociedad civil, el Estado, los sindicatos y los pueblos indígenas “para que juntos puedan ponerse de acuerdo y construir puentes que conecten culturas, miradas, cosmovisiones y proyecciones de futuro como país”, añadió.