La identidad
¿A qué edad se forma?

<P>La identidad<BR>¿A qué edad se forma?</P>

Desde el mismo momento en que una persona nace y entra en contacto con el mundo, a su alrededor se comienza a construir su identidad, ese conjunto de características que responden a la pregunta de ¿quién soy? y que diferencian a cada uno del otro.

Sin embargo, no es hasta que se tiene conciencia de que se existe cuando esta comienza a tomar forma. Al respecto, el psicólogo César Castellanos explica que “para poder desarrollar una identidad, primero debemos tener consciencia de que somos una persona, algo que nuestro cerebro no logra sino hasta aproximadamente los primeros 24 meses de desarrollo. Desde el mismo momento  que sabemos que somos, que existimos, nos es muy necesario saber cual es nuestra identidad”.

A partir de este momento el individuo va construyendo una forma propia y natural de responder a diversas situaciones en virtud de  las características   genéticas y ambientales. Esta identidad se desarrolla de forma gradual y progresiva a medida que  el niño más específicamente, va teniendo experiencias de interacción con las demás personas y el entorno que le rodea. “Son estas experiencias las que permiten que la maduración de estructuras de nuestro cerebro permitan el desarrollo de la personalidad, en el lóbulo frontal de la corteza cerebral”, agrega Castellanos, director del Instituto Dominicano para el Estudio de la Salud Integral y Psicología Aplicada (Idesip).

Y aunque los mecanisnos de aprendizaje han sido los mismos desde que el hombre existe, los estímulos a través de los cuales éste aprende han cambiado mucho. El especialista señala como ejemplo  la exposición a medios electrónicos desde los primeros años de la vida, el descubrimiento de los principios de la estimulación temprana, que han provocado la adquisición de destrezas y habilidades de manera temprana.

Todo padre desea tener un hijo ejemplar. Y aunque el desarrollo de la identidad   no se puede controlar, los padres tienen el deber de guiar a los niños, proveyéndoles lo necesario para un desarrollo sano.  “Los padres han de considerar que los niños aprenden de lo que ven y de lo que no ven también. La presencia de buenos ejemplos influencia tanto como la ausencia de buenos modelos. Recibir afecto sano nos enseña a dar afecto de manera sana, pero vivir en un contexto donde no se demuestra afecto (aunque no existan conflictos evidentes) es bastante dañino para el desarrollo de nuestra personalidad”, concluye.

La frase
En la formación de la identidad, los factor es ambientales  permiten moldear la potencialidades biológicas con las cuales hemos nacido.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas