La Iglesia española quiere sacerdotes “enteramente varones, heterosexuales»

La Iglesia española quiere sacerdotes “enteramente varones, heterosexuales»

Madrid. El nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, defendió hoy el derecho de la Iglesia a poder seleccionar a sus candidatos al sacerdocio que, además de estar dispuestos a ser célibes, “pedimos que se reconozcan y sean enteramente varones, por lo tanto heterosexuales».

En su primera rueda de prensa como portavoz de los obispos tras su elección del pasado miércoles, Argüello fue preguntado por el Documento del Don de la Vocación Presbiteral del papa Francisco, que prohíbe la admisión en los seminarios a personas homosexuales, cuestión que podría entrar en conflicto con leyes regionales españolas contra la discriminación del colectivo LGTBI.  

Argüello, que es obispo auxiliar de la diócesis de Valladolid (centro), reconoció que la Iglesia española recoge esta normativa en su plan de formación, ya que son preceptos que afectan “al conjunto de la Iglesia universal».

“Creo que la Iglesia tiene el derecho de poder seleccionar sus candidatos y de elegir su perfil”, de forma que aquellos que aspiren a ser sacerdotes deben estar dispuestos a ser célibes “y dentro de esta configuración de varones célibes, pedimos también que se reconozcan y sean enteramente varones, por lo tanto heterosexuales”, recalcó.

El secretario general de la CEE pidió también un debate racional a la hora de discutir el cambio de sexo, y dijo que ahora basta acudir al Registro Civil para cambiar el nombre de una persona por otro del género opuesto.   “Se ha elevado a categoría jurídica el sentimiento a la hora de poder cambiar de sexo”, dijo.

Aunque reconoció el sufrimiento de muchas personas “que ha de ser atendido”, insistió en “lo que muchos psiquiatras dicen, que muchas situaciones que se producen a los 4-5-6 años, pueden luego, con la evolución de la propia persona”, cambiar.

Para Argüello, esta cuestión es suficientemente seria como para conjugar respeto a la situación de las personas y al mismo tiempo racionalidad.