La Iglesia mantiene disputa con Chávez

La Iglesia mantiene disputa con Chávez

CARACAS.- El obispo de la ciudad venezolana de Coro, monseñor Roberto Luckert, mantuvo ayer la disputa de la Iglesia católica con el presidente, Hugo Chávez, y dijo que la beligerancia verbal de éste obedece a su temor a la democracia.

«Su oxígeno es la beligerancia y el enfrentamiento, porque le asusta la democracia. En el campo de la violencia él es exitoso, pero en la institucionalidad flaquea», opinó el prelado en declaraciones a la emisora caraqueña «Unión Radio».

Luckert respondió así a Chávez que ayer, en su programa dominical de radio y televisión «`Aló, presidente», pidió a Dios perdonar a la jerarquía católica de su país «por olvidar la opción preferencial por los pobres por haberse alineado, cual Judas, con los más nefastos y oscuros intereses de la oligarquía capitalista».

«Perdónalos Señor porque no saben lo que hacen», remató Chávez, al aludir al mensaje de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) del pasado jueves, que lo calificó de «autoritario y de tendencia totalizante» y lo acusó de tratar de impedir la celebración de un referendo revocatorio de su mandato, pedido por la oposición.

[b]No teme a Chávez[/b]

La Iglesia Católica«no se quedará callada (la Conferencia Episcopal) como perros mudos … Chávez pretende meterle miedo a los obispos, pero nosotros no le tenemos miedo al coco (fantasma que asusta a los niños)», afirmó el obispo a la emisora Unión Radio.

Sostuvo que los ataques de Chávez contra las autoridades eclesiásticas responden a una conducta de «enfrentamiento» que desarrolla el mandatario contra los que se «atreven a pensar diferente» de él.

Luckert exhortó al gobernante a que atienda la petición que hizo la semana pasada la Conferencia Episcopal y permita la realización del referendo que está pidiendo la oposición sobre el recorte del mandato presidencial.

[b]Usa a los pobres[/b]

El purpurado añadió que Chávez «utiliza a los pobres a través de campañas populistas demagógicas (…) para hacerse de ese piso del 30 por ciento que actualmente lo acompaña», insuficiente para seguir en el cargo si su mandato llega a ser sometido a consulta popular.

Luckert lo llamó «a medirse en elecciones para saber si el pueblo lo quiere o no», y agregó que «está equivocado si cree» que mantiene el respaldo de cerca del 60 por ciento que le permitió llegar a la Presidencia en 1998 y ser reelegido en 2000, cuando comenzaron a aflorar las pugnas verbales entre los prelados y el gobernante.

«El pueblo está cansado, está harto de tanta verborrea (…).`Que se ponga a trabajar! Ni una obra contundente hay en cinco años de mandato y se ha despilfarrado un dineral», remató el obispo.

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