La ilusión por los Reyes Magos pervive

La ilusión por los Reyes Magos pervive

Aunque  en los últimos tiempos se ha ido perdiendo la inocencia de los niños de creer  que los Reyes Magos son quienes les dejan los juguetes,  aún  hay algunos que  sí creen en esta mágica historia bíblica, tal vez  motivados por sus padres.

Con la intención de saber  hasta dónde se mantiene   esta hermosa tradición familiar, que décadas atrás hacía temblar de emoción a los niños la noche del 5 de enero,  ¡Vivir! hizo un recorrido por algunas jugueterías para preguntar a algunos  pequeños si creían en los Reyes Magos.

Entre los niños consultados  la mayoría dijeron creer en esta hermosa tradición.

Anita y Claudia de la Rosa Mota.  Estas gemelas, de seis años de edad, y quienes desean les dejen muñecas, dicen creer en los Santos Reyes. Y al preguntarles por qué estaban en una juguetería comprando, respondieron: “es que nosotras los destapamos para  que los  Reyes los dejen en la puerta”.

Ernesto Tejada Amador.   Dijo que creer “un chin” en los Reyes Magos. “He escuchado  la historia de que ellos guiados por una Estrella de Oriente   le dejaron regalos al Niño Jesús”. Está en cuarto grado y quiere que le dejen un Max Steel.

Georgina Vásquez.   Tenía la muñeca Barbie que deseaba en sus manos dijo que “esta noche le pondré galleta, jugo y yerba a los Reyes para que me dejen esta Barbie, que es la que quiero”.  Esta pequeña  tiene    8 años  de edad  y cursa el  tercer grado.

Addys Peña.  “Creo que los Reyes dejan, porque una vez deseaba mucho la cama de la Barbie, que es la muñeca que me gusta, entonces le escribí una carta a los Reyes y me la dejaron, me puse muy feliz”. Ahora quiere que le dejen el Kent, porque es fans de todo lo de la Barbie. Addys  tiene 10 años  y  cursa el quinto grado.

Enrique López. Quiere que los Santos Reyes le dejen una bicicleta. “Bueno, creo en los Reyes porque ellos fueron quienes le trajeron regalos al Niño Jesús. Yo me porté bien y sé que me van a dejar mi  bicicleta”.  Tiene 12 años y cursa el séptimo grado.

Navrasti Herrera Cuello.  De 8 años y  en  tercer grado también quiere que le dejen  una bicicleta, “pero sin rueditas chiquitas, porque sé montar”; y como un  secreto en voz baja dijo: Oye, quiero un Mi Nene, un juego de cocina y una bicicleta, pero   mi papá me va a comprar la bicicleta, porque los Reyes no pueden  tanto”.

Como demuestra este trabajo la inocencia que queda  entre los niños está sostenida por la fe, producto de nuestra religiosidad y tradición. Incluso algunos relataron parte de la  historia.

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