La importancia de dormir bien

La importancia de dormir bien

El pasado viernes 13 de marzo se celebró el Día Mundial del Sueño, fecha que tiene lugar el tercer viernes de marzo o el viernes anterior al equinoccio.
Esta celebración, que a simple escucha podría parecer quizás banal, tiene una gran importancia para la salud en sentido general.
La proclamación de este día fue hecha por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño en 2008, con la finalidad de hacer conciencia de la importancia de dormir bien y durante la cantidad de horas requerida.
La finalidad del Día Mundial del Sueño tiene además como objetivo tratar las causas y síntomas de la falta de sueño en las personas, un problema grave que si no es tratado adecuadamente y a tiempo podría desencadenar en serios problemas de salud.
Qué dice la OMS sobre dormir bien. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), dormir no es un placer sino una necesidad. Y recomienda hacerlo al menos seis horas diarias, a fin de evitar graves consecuencias de salud.
Este organismo de salud indica que el sueño depende mucho de la alimentación y la cantidad de actividad física que realicen las personas en el día a día.
Según la OMS se habla de insomnio cuando se tiene dificultad para conciliar o mantener el sueño, o lo que es lo mismo, no se alcanza un sueño reparador, que permita el total descanso, lo que produce malestar e interferencia en las actividades diarias de quienes lo sufran.
Trastornos producto del insomnio. La OMS refiere que entre los trastornos que pueden ocurrir por la falta de descanso, hay diversos problemas de gastritis y hambre por ansiedad, que consiste en un incremento del apetito y, con ello, un desequilibrio en el funcionamiento del organismo.
Indica, asimismo, que no dormir bien y por las horas requeridas puede ocasionar la reducción de los reflejos y la capacidad de concentración, alterando el funcionamiento general del organismo.
La OMS clasifica los trastornos del sueño en primarios y secundarios. Entre los primarios señala el insomnio per se, que es la dificultad para dormir, el cual es el más frecuente.
Menciona también entre los primarios la hipersomnia, que es el sueño excesivo, conocida igualmente como somnolencia.
La somnolencia consiste en una especie de adormecimiento prolongado que se produce generalmente de día. Esta hace que las personas tengan más sueño durante el día, a pesar de que duermen durante más horas por las noches.
Incluye también entre los trastornos primarios al sueño una especie de vigilia, que se produce debido a cambios de horarios, ya sea por asuntos de trabajo o por viajes.
También califica como trastorno primario del sueño el denominado sonambulismo y las pesadillas. Todas estas son afecciones que provocan daños irreparables.
La organización de la salud califica como trastornos secundarios la apnea obstructiva del sueño y el síndrome de las piernas inquietas.

Indica que la alimentación y la cantidad de actividad física que realice la persona diariamente también contribuyen a armonizar o desarmonizar el sueño.

La alimentación y el sueño. Para lograr un sueño reparador, la OMS recomienda el consumo de frutas de la categoría de los cítricos, con vitamina C en horas de las mañana, ya que estas ayudan a mantenerse activos durante el día y poder dormir bien durante la noche.
Asimismo, el consumo de alimentos con contenido de hidratos de carbono, como los cereales, los cuales por su absorción lenta ayudan a mantener los niveles de glucosa en sangre; los lácteos (en horas de la tarde), el calcio y el magnesio.
Sin embargo, aconseja evitar el consumo de alimentos que califica como perjudicial para el sueño por ser excitantes o energizantes como el chocolate, el té, el café o el alcohol.

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